miércoles, 29 de agosto de 2007

Tan Dun: "The Map" y "Paper Concerto" en Singapur 2007

Tan Dun es un creador escénico, compositor, director de orquesta, y es chino. Nacido en Hunan, y hoy habitante y miembro distinguido de la comunidad artística de la ciudad de Nueva York, Tan Dun, es un músico actual, explorador de formas y medios, un buscador y un loco esquemático.

En su búsqueda artística y personal, en medio del éxito comercial (tanto con óperas como música para cine), e impulsado por otro grande de oriente, Yo-yo Ma, intenta durante los años 90 recobrar las fuentes musicales de las que cuando niño se nutrió en su tierra natal.

Su oído recuerda a un “hombre de piedra” (stone-man, lo llama él en inglés): un músico popular que hacía su música con piedras, música que explicaba su universo y se comunicaba con él. Cuando regresa a buscarlo y llevar su música al "otro mundo", aquél “stone-man” ya estaba muerto.

Sus pasos entonces comienzan a dibujar lo que él llama “un mapa”; sus oídos lo llevan a través de la memoria a pequeños pueblos de su tierra natal, a lugares aún ocultos en la China de finales de los años 90 (1), a ríos y lagos que en su combinación con el trabajo y las costumbres del hombre, cantan y hacen música también.


Cargado con una cámara de video graba decenas de “joyas”, escenas de música tradicional, piezas que serían la delicia de antropólogos y rescatistas (forenses) de museo. Tan Dun con su memoria “revive” la música que escuchó del “hombre de piedra”, con su educación musical y la experiencia de la búsqueda de fuentes en China crea música como la conocemos; con el video grabado se hace de compañeros de pieza, de compañeros concertistas, de instrumentos de su nueva obra musical, The Map.


The Map




Primero, viviendo en Líbano, fui tele-espectador de un enorme ( por maravilloso) documental que contaba la creación de The Map y su puesta en escena en un bellísimo poblado en Xiangxi. Quedé entonces fascinado por aquellas melodías y por la música que Tan Dun exploraba y que provenían de su pueblo natal o de varias ciudades entonces olvidadas en China; estaba fascinado por ese hombre que buscaba fantasmas, y cómo al encontrarlos los hacía cantar y tocar sus instrumentos, ofreciendo secretos para quien quiere escucharlos.


Meses después pude adquirir el video de aquél programa, tuve así la posibilidad de observar cuidadosamente todo ese “acto musical”, y entonces disfrutarlo. Grabé en mi memoria cómo se dió ese juego de medios en un concierto, esa puesta en escena en un lugar donde sus habitantes no poseían ni luz eléctrica; aquél día la luz y la tecnología llegó en toda su apabullante magnitud, con miles de invitados del ‘exterior”, y la televisión misma, uniéndolos al mundo. Esos músicos y cantantes populares captados por Tan Dun en video, estaban también ahí, viéndose en las enormes pantallas y escuchándose a la vez, pero ahora eran simples espectadores de su voz. Se oían en combinación con la música de Tan Dun y eran una parte integrante de ella.

Fue ya viviendo en China que supe de la participación de Tan Dun dentro del festival de Artes de Singapur 2007 (junio 3) al que tenía planeado asisitir. ¿Podía perderme de escucharlo?

Una vez en Singapur asistí al espectáculo del Cuarteto T’ang, Optical Identity, y después al estreno de Mark Chan, Dreaming Kuangyin Meeting Madonna, sólo me faltaba el concierto de Tan Dun.

La sala de conciertos de la Esplanade en Singapur es uno de los más importantes teatros del mundo, tanto por su arquitectura como por la calidad de los trabajos que ahí se presentan. Tan Dun haría muy poco por adaptarlo: la ubicación de la orquesta, y el solista eran en el lugar esperado, sobre el escenario y en semicírculo de frente al público; el director, como siempre, en medio, de frente a la orquesta; dos pantallas de tamaño mediano a lo alto del escenario y dos grandes tiras de papel colgando a cada lado del escenario; parte de los laterales del segundo piso de palcos estaban vacíos, con asientos para algunos músicos. Una sala casi llena de un público expectante, era evidente que la mayoría conocía la fama del compositor estrella. Aplausos, silencio y la música.

The Map fue estrenado en febrero de 2003 en Boston, pero tuvo su memorable presentación (el video que se vende de este concierto lo atestigua) en noviembre del mismo año en Fenghuang Ancient Village, en Xiangxi, China. Esta pieza, desde mi punto de vista, adquiere su verdadero valor siendo un concierto realizado para aquél lugar remoto en China, para aquél momento, para aquella noche y para esa gente; ahí era un evento completamente vivo y era enorme. El golpe que logra en quien lo vivió (o ve el video que se realizó con él) es avasallador, apabullante. El mismo concierto, en la Esplanade de Singapur (o en cualquier otra sala de conciertos), es solamente la presentación de una exploración musical extraña, de una pieza en momentos rica, en momentos agradable, en momentos viva. En una sala así nos convertimos en espectadores al rescate de la tradición musical china y no en participantes de un evento verdaderamente vivo como lo fue en Fenghuang.

Esa noche en la Esplanade, la técnología no había ido al lugar inhóspito a crear una fantasía de medios; ésta vez, los pequeños datos provenientes de lo remoto, grabados en video, se presentaban en la voluminosa estructura reinante de la tecnología. El público fue y fuímos entusiastas, tanto como debíamos serlo en un festival y ante una gran figura; pero aquella noche faltó algo.

Creo firmemente que el valor de The Map radica en que es una pieza (musical) performativa contemporánea, un “performance” como tal, y que sólo adquiere su verdadera magnitud artística en el lugar preciso y con la carga de su proceso de creación: el concierto en Fenhuang en noviembre de 2003 no era un concierto era un “acto performativo” que incluía la pieza musical creada por Tan Dun; el concierto en Singapur era sólo eso, uno más como mucho otros ya vistos.

Fue entonces que pude acceder a escuchar con más detenimiento la creación musical de este compositor chino; no soy un conocedor en materia de música, disfruto escuchar, y ésta pieza en momentos fue disfrutable y en momentos fue escuchable.


Paper Concerto


Paper Concerto es un paso más en el camino de varias otras exploraciones de Tan Dun con las fuentes de su natal China: entre otras, la música de la tradición olvidada con The Map, la música de los elementos (agua) con su Water Concerto; ahora, literalmente la música con el papel.

La idea del Papel está ligado a la relación del mundo con China (es uno de los grandes inventos que China ha dado a la humanidad), y en China misma el papel está ligado a su sonido y a las expresiones de su sonido; la vida en China ha escuchado a su papel por siglos. Tan Dun también lo escuchó y lo asimiló más allá del sonido en bruto; descubrió la combinación sublime y lo hizo música en un concierto “a la occidental” en 4 movimientos.

Paper Concerto está hecho para la escena donde lo vimos, un escenario común de sala de conciertos, y ahí funciona enormemente. Adquiere, desde mi punto de vista, una magnitud de épica musical, teatral.

Aquello que otros habrían hecho (y han hecho) con sonidos, con papel o cartón, de una manera popular, con manejo principalmente del ritmo y juegos malabarescos, Tan Dun lo convirtió en una gran pieza musical, y el concierto mismo, en un verdadero acto de movimiento. Tan Dun es un artista escénico, de eso no tengo duda (2).


Tiras gigantes de papel de China, pliegos de papel lustre, pedazos de papel para estrujar y para silbar con él, papel para golpear y para acariciar, papel que se ve y se escucha; sonido que nos hace vibrar y al llegar al oído se sublima. La música de Tan Dun usa toda la tradición occidental, la mezcla con el sonido dirigido del papel, la renueva y le da fuerza, vida, como si adquiriera un cuerpo. Sí, aquella música fue también visual. Las tres percursionistas danzaban, vivían un “acto de movimiento musical”.

Tan Dun logró mover la música sobre la escena, y sin embargo sus músicos, los instrumentistas occidentales, no se movían.(3)

Paper Concerto en Singapur fue una representación exitosa, fue un acto artístico de enorme importancia y altamente disfrutable. Su creador, Tan Dun, tiene en mí a un admirador respetuoso.

Nota:
No tengo material grabado. El festival no permite tomar fotos dentro o fuera del teatro. En el mayor de los excesos, podía uno formarse durante 10 minutos, recibir autógrafos de Tan Dun pero no tomarse fotos ni en la fila ni del momento de la firma, ¡en el lobby del teatro! En fin, las reglas de Singapur.
Encontré algunos links a videos puestos en Youtube, y a páginas con información.




Sito web de Tan Dun: www.tandunonline.com





(1) China en los últimos años, desde mediados de los años 80 y hasta la fecha, ha vivido una transformación pasmosa, y una destrucción masiva de la mayoría de sus reservas de tradición. Aquellos “pueblos remotos y olvidados” de China, en su mayoría, hoy viven envueltos en concreto o han sido convertidos en pueblos reconstruidos para turistas, lugares donde la vida como tal se ha aniquilado y se ha convertido en “una venta del folclór”. La mayoría de los pueblos no provenientes de la mayoría Han, pueblos conocidos en China como "minorías", han devenido un motivo de “turismo” para estos nuevos dueños del mundo. Todas estas minorías chinas, incluyendo su religión, vestido y costumbres, ahora son un potencial de adquisición monetaria; cada parte de ellas es catalogada por el gobierno central y se promueve como pieza de interés turístico extrayéndola de su contexto inicial: quienes cantaban porque trabajaban en un río ahora se les paga para que canten y hagan como que trabajan en el río; quienes hacían teatro ritual, ahora se les paga para presentarlo ante los turistas de Beijing o Shanghai o cualquier otra gran ciudad; se han creado tablados expresos para su bailes, para sus fiestas; se cobra la entrada para ver la vida tradicional, las costumbres, se expone todo como en un parque de diversiones temático al que los chinos son tan asiduos.
(2) Lo teatral en absoluto le es extraño, Tan Dun estudió y fue actor de la Opera de Pekín durante los años de la revolución cultural.
(3) Tal vez el Cuarteto T’ang y Theatre Cryptic se ayudarían en su exploración obervando con detenimiento la obra de este artista chino.

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