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miércoles, 1 de junio de 2016

Antonio González Caballero (Una biografía mínima)


Antonio González Caballero


Primero pintor y después dramaturgo, vive siempre inmerso en su época y en su lugar de trabajo, toda su vida la pasó en su país natal, México, y la mayor parte (alrededor de 70 años) en el Distrito Federal. Huérfano, nació en 1927 en San Luis Potosí (posiblemente de una familia de origen judío), siendo adoptado a los 9 años de edad por un matrimonio de Silao, Guanajuato, donde pasó parte de su infancia y pubertad. A mediados de los años 30 la familia González Caballero se desplaza hacia la ciudad de México y habita un departamento en un edificio de la calle Pino Suárez, en el no. 36, en pleno Centro Histórico del Distrito Federal.

Entrada al edificio de Pino Suárez 36 (2005)



Desde muy pequeño Antonio da pie para reconocer en él aptitudes artísticas, especialmente hacia el dibujo y la literatura; antes de los 15 años, según sus propios recuentos, lee todos los textos clásicos que le son accesibles y crea historietas que imitaban aquellas que veía en los periódicos de la época. Estudia en el instituto Cristóbal Colón y decide terminar una pequeña carrera técnica después de los primeros años de la secundaria. Sus padres vuelven a Silao mientras él permanece viviendo en el departamento de Pino Suárez 36.

Mirada hacia la ventana del cuarto de A. González Caballero (2005)

Sus estudios dentro de la pintura se inician en una escuela de diseño publicitario y su trabajo, como el de todo artista en ciernes, en la búsqueda de ventas y exposiciones de su obra, logrando hacerlo en poco tiempo tanto en México como en Estados Unidos y Suiza, y sus pinturas formando parte de la galerías privadas de decenas de familias apoderadas mexicanas. Dirige una escuela de dibujo artístico, creándole a la misma un método de enseñanza partido de los libros pedagógicos de Paul Klee y Vasili Kandinski.


A. González Caballero junto al mural de su autoría en el comedor de su casa (Foto de Liz Valadés. Circa 1995)


Según sus palabras "poseedor de una personalidad autodestructiva" Antonio practica y se hace guía de La Ciencia de la Física Mental que trae a México en los años 40 el maestro Pedro Espinoza de los Monteros: un método basado en respiraciones y meditaciones de origen chino-tibetano creado por el ingeniero inglés Edwin John Dingle durante su estancia en China a principio del siglo XX. Esta filosofía no solo será importante para su vida personal sino que tendrá un lugar fundamental en las bases de lo que después se conocerá como el Método e actuación de Antonio González Caballero.

Portada del libro de La Ciencia de la Física Mental perteneciente a A. González Caballero


El repentino éxito de su primera obra teatral en 1961, Señoritas a Disgusto, cambió totalmente su vida artística (aunque nunca dejó la pintura), convirtiéndose de la noche a la mañana en un dramaturgo de primer orden. En menos de 10 años recibe los más importantes premios de crítica y sus textos son escenificados, televisados y filmados. El teatro envuelve cada vez más su vida y su trabajo hasta el grado de verse obligado, en 1969, a dar clases a actores en materias fuera de la dramaturgia, como actuación y expresión verbal, en la Academia Andrés Soler de la A.N.D.A. Ahí, según sus propias palabras, toma conciencia de las tremendas carencias en la pedagogía teatral de aquella época en México y decide conjuntar un grupo de alumnos en un taller que explorase los medios que tiene el actor para su desenvolvimiento en la escena. El taller exploratorio se mantiene activo hasta el final de su vida.

Después de una gran revisión, exploración y análisis de todo el arte teatral moderno de occidente, influencia primordial en la manera de actuar y ver el teatro en el México de aquella época, reconoce haber encontrado una serie de apoyos que, como la palabra lo indica, apoyan al actor en su proceso de creación de un personaje y así mismo a un reconocimiento de todos los estilos de actuación del teatro occidental de la modernidad: naturalismo, realismo, supernaturalismo y superrealismo. El trabajo de Antonio González Caballero en el campo de la actuación logra un sueño de muchos teatristas de México, el uso y la práctica de una técnica de actuación creada por y para el actor mexicano. Naturaleza e imaginación a partir del impulso interior, son los elementos básicos de ésta técnica de actuación.

Portada del libro del Método de actuación (Autor Gustavo Thomas © 2012)


González Caballero no estudió nunca en una escuela de teatro, ni tuvo un maestro que le enseñara concretamente a escribir teatro, a dirigir o a dar clases de actuación, sin embargo, la visión romántica del autodidacta es insostenible en él; su formación intelectual proviene de diferentes lugares, muy concretos: una visión del mundo que es el resultado de la decepción sufrida con la religión católica y su inmersión posterior en estudios de filosofía prehispánica y tibetana (al iniciar la exploración en su taller de actuación tendría aproximadamente 20 años de práctica en la llamada Ciencia de la Física Mental con el maestro Espinoza de los Monteros); sus conocimientos científicos sobre el interior humano se basan principalmente en las obras de investigación psicológica del siglo XX, primordialmente C. G. Jung y sus seguidores; sus conceptos artísticos son complementados con el arte griego clásico y la obra de William Shakespeare, interviniendo además fuertes influencias literarias que se aprecian sobre todo en su obra dramatúrgica, Las mil y una noches, Rabelais, Quevedo, Lewis Carroll, Flaubert, Chéjov, Strindberg y Kafka. La continua revisión de textos de la obra pedagógica de Stanislavski y Grotowski, además de una capacidad de observación privilegiada reúnen un acervo interior no basado sólo en la experiencia personal. Si habláramos de maestros de González Caballero, ellos serían todos los nombrados anteriormente.

Antonio González Caballero muere de un problema cardiaco a los 76 años, en mayo de 2003, en el mismo Centro Histórico de la Ciudad de México donde vivió la mayor parte de su vida. Nunca dejó ni de pintar, ni de escribir ni de explorar su método sino hasta el último día de su vida. No tuvo hijos, sólo alumnos, unos cuantos discípulos, y muchos amigos. Dejó una gran obra dramática y literaria (poesía, cuento y novela), miles de dibujos y pinturas, un método completo de creación de personaje, un método de manejo de la voz y varios pequeños métodos de actuación de estilo. Tras toda esa obra nos queda un pasmoso desconocimiento de su valor real dentro del arte de México y del arte universal; trabajo que nos es obligado estudiar, difundir, disfrutar y aplicar.


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 El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios: Amazon.com: http://www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-Spanish/dp/1466261919 CreateSpace: https://www.createspace.com/3677417 

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Texto, fotografías y vídeos en este Blog son propiedad del autor, excepto cuando se aclare otra autoría. Todos los derechos son reservados por el autor de este Blog. Si existe algún interés en usar textos, fotografías o vídeos propiedad del autor, sea uso comercial o no, es necesario hacer una petición por escrito y dirigirla por correo electrónico a Gustavo Thomas a gustavothomasteatro@gmail.com.


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domingo, 24 de noviembre de 2013

Invocación (Teatro) de Gustavo Thomas ya está publicada y en venta


Portada de Invocación, publicado en noviembre 2013


En 2002, cuando aun trabajaba en lo que había quedado de mi compañía teatral Esférica Ludens, escribí un esbozo de Invocación. Yo transmitía a mi pequeñísimo grupo de actores la tercera parte del método de actuación de Antonio González Caballero, el Supernaturalismo, y usábamos como texto de trabajo escenas de El Pelícano de August Strindberg; ahí comencé a imaginar el escribir una nueva obra derivada de estas escenas trabajadas en el taller de mi compañía. Invocación sería entonces una especie de continuación de los hechos de esa pieza, pero con personajes mexicanos. Un año después abandoné Esférica Ludens y del mismo modo abandoné la creación de esa pieza; iniciaba un viaje por el mundo que aún hoy no termina.

En 2004, cuando me encontraba ya fuera del país y viviendo en Beirut, sin hacer teatro y sumido en uno de los veranos más húmedos y depresivos de mi vida, recomencé a escribirla, pero esta vez se sumaba el peso de la lejanía de mi propia tierra y de la terrible pérdida que sentía ante la muerte de mi primer maestro teatral, González Caballero (en mayo de 2003), y posteriormente la muerte de mi padre (en enero de 2004). La técnica de actuación que había aprendido y transmitido durante tantos años salía en todo aquello que yo escribía, así mismo mi propia familia y sus historias, las leyendas de su llegada a México y los cuentos que me fueron relatados por mi madre sobre su vida en Chiapas a mediados del siglo pasado; todo corría como agua fresca, fluyendo en mi cabeza a diario aún en mis sueños, en un interminable monólogo interno que solo podía culminar en un escrito al que puse punto final en un viaje a Grecia que hice en verano de 2005.  

Considero que sería erróneo hurgar solamente en la historia de mi vida para entender la pieza, así como erróneo sería buscar solamente en la obra de Strindberg las razones de lo que he escrito. Evidentemente, Invocación es el resultado de la suma de esos dos factores. Invocación es el producto creativo de un hombre aislado, de un hombre en el autodestierro -alejado de su país y de su familia- y en un momento de inmensa soledad y depresión.

Invocación hasta este año 2013 ha sido leída solamente a un puñado de gente, pero nunca puesta en escena. Primero la leí en Beirut a un grupo de amigos hispanoparlantes, y después dirigí una lectura dramatizada en un viaje relámpago a la Ciudad de México, en un pequeño salón de clases de una Casa de la Cultura que amablemente me consiguió mi compañera de Esférica Ludens, la actriz Marisol Solorio. 


Esférica Ludens: Lectura Dramatizada de "Invocación", escrita por Gustavo Thomas (México, 2005)
Javier de la Vega y Marisol Solorio leyendo Invocación (México, D.F. 2005)
Esférica Ludens: Lectura Dramatizada de "Invocación", escrita por Gustavo Thomas (México, 2005)
Gustavo Thomas durante la lectura de Invocación (México, D.F. 2005)
Esférica Ludens: Lectura Dramatizada de "Invocación", escrita por Gustavo Thomas (México, 2005)
Francisco Camacho, Javier de la Vega y Marisol Solorio durante la lectura de Invocación (México, D.F. 2005)


En Invocación juego dramáticamente con un acto único y con personajes que, según el método de actuación de González Caballero, se denominan “supernaturalistas” o surgidos de la corriente de actuación propuesta por August Strindberg, personajes del inconsciente. 

Invocación es no solo la invocación de la madre muerta sino que, además, es una total invocación de mi propio pasado, aquel de mi herencia como hijo de una mezcla entre mexicanos e inmigrantes europeos, y aquel de las enseñanzas teatrales que obtuve de Antonio González Caballero. 

En ustedes queda ver si este juego de historias, mitos, surrealidad y dramatismo supera el plano de lo ridículo al abordar lo “sobrenatural” y roza de alguna manera lo universal.*


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Invocación está a la venta en librerías a través del Internet:

Librería de la editorial Createspace: https://www.createspace.com/4495560

Amazon: http://www.amazon.com/Invocacion-Spanish-Edition-GustavoThomas/dp/149357275X





*Este texto es el cuerpo de la presentación en el libro recién publicado.



Texto, fotografías y vídeos en este Blog son propiedad del autor, excepto cuando se aclare otra autoría. Todos los derechos son reservados por el autor de este Blog. Si existe algún interés en usar textos, fotografías o vídeos propiedad del autor, sea uso comercial o no, es necesario hacer una petición por escrito y dirigirla por correo electrónico a Gustavo Thomas a gustavothomasteatro@gmail.com.


jueves, 23 de mayo de 2013

Entrevista alrededor del método de actuación de A. González Caballero







El pasado 14 de mayo de este 2013 fue presentado, durante la semana dedicada a conmemorar su obra, el libro del método de actuación de Antonio González Caballero. Debido a compromisos que había adquirido anteriormente me era imposible asistir así que envié un video de unos 10 minutos de duración haciendo la presentación de manera virtual.

En razón a ese mismo evento Diana Ham, miembro del grupo Teatro de Árbol (organizadores del evento), me envió una serie de preguntas -una entrevista- para que yo las contestara en otro video que se mostraría durante aquella presentación. La falta de tiempo (y posiblemente deseo, ya explicaré por qué) me hizo imposible que grabara un video más con esas preguntas, pero días antes de la fecha de la presentación del libro me decidí impulsivamente por contestarlas de manera escrita para que al menos fueran leídas en parte ese día, y así se dió finalmente.

Desde hace unos años he decidido no hablar directamente (en público) sobre el método de actuación si no tengo algo escrito de antemano que haya revisado detenidamente. Cuando uno habla al mismo tiempo que piensa suceden cosas interesantes pero también imprevistos que dirigen a enormes confusiones y malentendidos que no quiero repetir, al menos, concientemente. Así que hacerlo por escrito fue al final la mejor manera de resolver este compromiso.

Contestar estas preguntas a su vez me ha ayudado a ubicar mi propia postura ante la investigación, recopilación y análisis que hago del método de Antonio González Caballero, y he creído importante publicarlas en este Blog (y en las páginas que hablan del método) para ser expuestas y en su caso comentadas o analizadas.

Las preguntas las he dejado exactamente como Diana Ham las mandó, mientras mis palabras pueden diferir un tanto de aquello que contesté inicialmente para la presentación.

Aquí la entrevista:


1. ¿Como conoció Antonio González Caballero?

La primera vez que tuve contacto con Antonio González Caballero fue siendo yo un adolescente, en octubre de 1982, en el Instituto de Arte Escénico donde yo estudiaba para actor, él sustituía a un maestro de actuación. Mientras los otros maestros nos ponían a trabajar directamente escenas de una obra de teatro él nos dirigió un ejercicio de pisadas y elementos que me abrió una puerta desconocida a mi sensibilidad. Su personalidad, por otro lado, era muy afable, en comparación con el ego lleno de caprichos de los otros maestros de teatro que había conocido.

2. ¿ Cómo fue su experiencia de aprendizaje del método propuesto por Antonio González Caballero?

Con el pasar del tiempo en Arte Escénico yo descubría que las clases de actuación con González Caballero me estaban dando mucho más que todo aquello que me daban los otros maestros en la misma escuela. Después de una controvertida, por irreverente y absurda, salida de la mayor parte de mi generación de la escuela (que estábamos en contra de las políticas de la dirección), nos fuimos a tomar el taller del maestro en la casa de Norma Román Calvo quien también se ofreció a darnos clases de historia del teatro de manera independiente.
Fue una decisión que llamo absurda porque no terminé una escuela que al final se convirtió gratuitamente en un fantasma que me persiguió por varios años, pero evidentemente afortunada para mi vida creativa porque me acercó al método que ahora forma parte primordial de esa vida.
De unos seis u ocho que éramos los que iniciamos el trabajo en ese taller sólo concluimos todo el proceso de asimilación del método dos, José Vera y yo; por eso en la presentación del libro le agradezco a José Verá mucho del impulso para escribir este método: él continuamente cuestionaba las enseñanzas del maestro, yo convencido de su utilidad trataba de explicarlas, intentaba traducirle a un lenguaje más general que sí nos funcionaban y por qué. A eso me he dedicado por más de 25 años.

3.¿A qué dificultades se enfrentó durante el proceso de aprendizaje?

El aprendizaje de los apoyos no tuvo dificultad para mí, cada puerta que abrían era un mundo de oportunidades creativas y culturales, me daban armas para resolver prolemas técnicos de mi profesión, me hacían leer sobre el ser humano, aprender sobre la historia del teatro, observar la vida de manera diferente.
La dificultad en todo caso fue encontrarme que los directores con los que empezaba a trabajar no sabían, no digamos del método de González Caballero sino de actuación, y que sus métodos de dirección eran arcaicos o muy básicos en general.
Pero esa "dificultad" también se convirtió en fortuna: primeramente me obligó a salir de ese pequeño grupo de gente que sí conocía el trabajo de González Caballero y buscar fuera otros que sabían de actuación y dirección, y no he dejado de hacerlo desde esos años, llevándome en mi búsqueda a los grandes maestros vivos -y sus herederos- de la escena teatral por todo el mundo, literalmente; segundo, me llevó a convertirme en director de escena.

4. ¿Qué elementos o referentes de otras propuestas de formación actoral reconoce en la metodología de Antonio González Caballero?

Durante más de 25 años me he dedicado a tratar de descubrir todos los referentes y lineas de similitud del método de González Caballero con otras técnicas y métodos alrededor del mundo y de la historia, primero de la actuación, y ahora lo he expandido a las artes escénicas en general.
González Caballero fue un gran creador, así mismo fue un enorme recopilador y también un gran intérprete de otros métodos, sin embargo se puede tener claro que él desarrollaba su método en base a la carencia de métodos en las escuelas para actores del México de los años 60 y 70, y en respuesta a lo que él consideraba una dañina interpretación del método de Stanislavski, especialmente en lo que se refiere al uso de la memoria emotiva del actor. Por otro lado aún cuando no siguió los lineamientos de la exploración sobre actuación de Jerzy Grotowski, su método de voz se basó principalmente en esas investigaciones. Su problemática personal lo habían llevado a la filosofía hermética y a las versiones occidentalizadas de enseñanzas orientales, especialmente a la llamada Ciencia de la Física Mental, que usó abundantemente en la bases del método mismo: imaginación y energía para la transformación.
Creo que hay mucho más escondido ahí. Se necesitan decenas de investigadores, exploradores y mucho tiempo para descubrir todos los referentes alrededor del método de González Caballero.

5. ¿La propuesta de Antonio González Caballero es método o técnica? ¿Por qué?

Es una pregunta engañosa porque desde mi punto de vista es un método y también es una técnica:
-Es un método si lo que se quiere descubrir en él es una metodología creativa para que el actor cree en escena, es una manera de crear, en este caso un personaje completo.
-Es una técnica porque quien está preparado en este método ha asimilado y posee apoyos técnicos para lograr un fin creativo, que al final no importa cuál sea.

El método conceptualmente hablando es una metodología para lograr un objetivo, la técnica es el medio que se usa para lograrlo ese objetivo: en nuestro tema, la técnica sería el manejo de los apoyos en el actor, el método serían la estructura de esos apoyos con las corrientes actuacionales y los cuatro autores para lograr la creación de un personaje completo para la escena actual.
Yo en lo personal, una vez que el libro del método de actuación se ha publicado, estoy ahora más interesado en los aspectos técnicos del método porque me ha dado la posibilidad de usarlo en otros campos del teatro como ahora en el teatro-danza Butoh, por ejemplo, donde no importa si hay un personaje o no, pero puedo usar libremente los apoyos del método, uso la técnica pero no sigo los lineamientos del método. En ese sentido González Caballero se vuelve un teórico de la escena teatral más allá del teatro moderno occidental en México y se puede comparar con grandes investigadores y creadores de nivel mundial.

6. Desde su perspectiva, ¿Qué diferencia al método diseñado por Antonio González Caballero de otros métodos o propuestas pedagógicas de formación actoral ?

El método de González Caballero es único desde la perspectiva mexicana, simplemente no hay otro método tan elaborado como este en la historia del teatro mexicano; aún cuando ha habido y hay ahora investigaciones y grandes maestros de actuación ninguno de ellos ha realizado un método de principio a fin como lo hizo González Caballero. Eso incluso es más raro de lo que puede imaginar en el mundo y en la historia del teatro, método como tal son muy contados.
Esos métodos, que son raros en una completa elaboración, adquieren universalidad cuando se descubren y exploran sus principios básicos
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El método de González Caballero es único porque es una creación del mismo González Caballero, es su propio método, explorado sí con diferentes actores por más de treinta años, pero él fue quien le puso nombres a los apoyos, él decidió un camino a seguir, decidió los objetivos finales, él manejó la exploración, es su propio método, su creación personal a la que todos los que pasamos por su laboratorio ayudamos.
Pero, insisto, lo más importante no está en las diferencias con otros métodos sino en su similitud con los otros, que esta creación tiene un carácter universal. Su universalidad se basa en que sigue ciertos principios que todo ser creativo necesita para crear.
Es un método mexicano, lo que lo hace diferente, y es un método universal lo que lo hace una joya.

7. ¿Qué tan importante considera la existencia de un método de actuación pensado en el temperamento del mexicano?

No creo que González Caballero haya siempre pensado durante todos esos años en dirigirse siempre al temperamento mexicano, es creo mucho más simple: el método fue explorado por mexicanos porque mexicanos eran los que trabajaron en él y mexicano fue su creador. Eso en teoría lo haría idóneo para que los mexicanos lo entiendan, pero ahí me metería en un largo campo de conversación, porque resulta que no siempre es así.

Yo creo que es un método de actuación pensado en el temperamento humano en general.

8.¿Como se entiende la energía dentro del método/técnica de Antonio González Caballero?

La energía en la técnica es algo concreto, es física, como en la ciencia. No veo vuelta de hoja. Si la energía no se hace materia, si no es cuerpo, no existirá en escena. No es pensarla o desearla, es aprender a sentir la transformación que esta provoca en el cuerpo. La práctica de los apoyos hace que descubramos los poderes físicos de la sensación energética, tan simple como el ejercicio básicos de pisadas del apoyo de los elementos: no es pisar y actuar que pisas, es pisar el elemento y sentirlo, sentir su textura, su cuerpo y ser fiel al impulso para iniciar una transformación del cuerpo. Si se midieran electromagnéticamente los cambios corporales cuando se trabajan los apoyos del método descubriríamos que hay cambios físicos concretos (tensiones y relajaciones musculares, flujo sanguíneo que cambia en su ritmo, respiración, cambio en la tensión de la miarada, cambios de temperatura del cuerpo), la energía en el método es física.

9. ¿Cómo se entiende la imaginación dentro de Antonio González Caballero?

La imaginación es un poderoso utensilio de nuestra humanidad y su base es la creatividad, la imaginación es innata a la creatividad; el método encamina esa imaginación a lograr objetivos creativos definidos; en el caso del método completo, un personaje completo como se le exigiría al actor de teatro, cine y televisión actual, en el caso de cada apoyo técnico, la imaginación creativa es el medio de descubrir emociones, profundidades, atmósferas, máscaras, etc.

10. ¿Cuanto depende el método planteado por Antonio González Caballero, de la observación de la vida cotidiana y cuanto de la imaginación?

Dependiendo del desarrollo de tu observación será el uso de tu imaginación, pero si tu imaginación se deja libre, se encauza y desarrolla, aún lo poco que hayas observado en la vida será enorme material para lograr algo creativo en la escena. Eso lo sabía González Caballero y aunque nos pedía que viéramos el mundo no era exigente en ese sentido, no nos impulsaba a tener experiencias como otros maestros de actuación, que si no has tenido experiencias sexuales diferentes dicen que no puedes ser actor o que si no has sentido dolores profundos no llegarás nunca a tenerlos en la escena. Lo más importante para él era usar la imaginación, con ella podríamos crear todas las situaciones necesarias y llegar a momentos inimaginables para nosotros pero posibles para un personaje.

11. ¿Cómo es la evolución del ABC, durante el proceso técnico propuesto por la metodología?

El ABC es uno y único, nunca cambia: interior-cuerpo-voz seguirá siendo interior-cuerpo-voz hasta el final, es un principio de trabajo no es algo que se pueda desarrollar, es algo que está ahí.
Lo que el actor debe de hacer conciencia es dejar libre ese ABC y, con el tiempo y la práctica, se desarrolla para que fluya mucho mejor y logremos los objetivos creativos que nos hallamos impuesto de antemano.

12. ¿Cómo llegó Antonio González Caballero al orden secuencial en el los apoyos explorados?

Después de unos 15 años, entre 1971 y 1985, mucho a través del azar (como en toda tarea exploratoria), pero lo más importante, creo yo, fue la línea de exploración que él se marcó con los cuatro autores revolucionarios del teatro moderno y las corrientes teatrales que provocaron, ellos fueron la pauta de la secuencialidad de los apoyos del método, al irse dando cuenta que cada corriente se encauzaba en la exposición de una parte concreta del ser humano.
Si el objetivo era crear personajes completos con un alto sentido de verdad y los cuatro autores exponían la naturaleza humana desde cuatro principales perspectivas: Chejov el naturalismo y el carácter, Ibsen el realismo y la personalidad, Strindberg el supernaturalismo y el inconsciente, y Pirandello el superrealismo y el superego, la línea a seguir de los apoyos ya era clara.

13. ¿Por qué elegir solo a cuatro autores del teatro moderno como base de una metodología para la creación de personaje?

No fueron elegidos por él, ellos, está más que aceptado, son los propositores (algunos le llaman "creadores") del teatro moderno como tal, del personaje moderno, aquél que se utiliza en la actualidad y del que debemos partir para romper o descubrir nuevos horizontes.
En todo caso González Caballero desistió de usar de antemano lo que regularmente se hace, del estudio de directores de escena o teóricos teatrales y de la actuación como base de un método, no así de la técnica.
En los apoyos pueden estar contenidos muchos investigadores, el más conocido que me viene a la mente es Stanislavski con el apoyo ‘memoria emotiva del personaje’, por ejemplo, donde la aplicación de Stanislavski González Caballero la pasa del actor al personaje, el actor no usa su propia memoria emotiva para dársela al personaje sino que le crea esa memoria emotiva al personaje sobre la escena, a través de improvisaciones que crean esa memoria en el personaje. Aún así la propuesta de Stanislavski está contenida en la proposición de Chéjov.

14. ¿Podríamos pensar en cada uno de los apoyos, como metáforas de la complejidad humana?

Los apoyos son útiles técnicos, yo no los llamaría metáforas, son útiles concretos.
Se puede filosofar mucho alrededor de ellos, claro, pero son útiles prácticos, hacen de la creatividad algo práctico en el actor.

15. ¿Los apoyos permiten una toma de conciencia de la complejidad humana, para potenciarla en el escenario? ¿Por qué?

Cuando se ve desde lejos los apoyos descubrimos una especie de de-construcción de nuestra humanidad, son puntos de referencia de nuestra codificación humana; si los vemos por separado son partes de nosotros, si los juntamos nos vemos por completo. Evidentemente su diversidad y su combinación crean una complejidad sin precedente, pero a través del método son manejables, y técnicamente muy útiles para cualquier desarrollo escénico creativo.
Podríamos dedicar toda una carrera creativa solamente con el apoyo Zonas del cuerpo por ejemplo, u obras completas usando solo el apoyo Máscaras; no lo pedía González Caballero pero es una consecuencia posible de su exploración.
Es obvio que una vez terminado el método y con la capacidad de crear un ser humano completo sobre la escena tenemos mayor conciencia de la complejidad humana pero también de su riqueza; siguiendo tus palabras, cada apoyo es en potencia una manera de abordar partes de nuestra humanidad.
González Caballero gustaba decir en algún tiempo que uno de sus objetivos era hacer mejores seres humanos y la mejor manera de lograrlo era a través del método, que el método nos ayudaba a conocernos por completo o ser conscientes de toda nuestra complejidad humana.

16. ¿El método/técnica favorece la construcción de un universo ficcional que aleja al actor de la idea de actuar, para llevarlo a la experiencia de vivir un universo distinto al suyo?

El actor no se aleja de la idea de actuar, pero sí de la idea que que el personaje es él, el personaje es el personaje y adquiere vida propia, eso crea una experiencia nueva: es como vivir otras vidas sin ser la tuya y sin verte afectado por ellas, solo acrecentado en tu experiencia y sabiduría.

17. ¿Cada apoyo es una puerta que conduce al actor activar su imaginación creativa infinita? ¿Por qué?

De que son puertas lo son, son apoyos que apoyan al actor a lograr ciertos objetivos, son útiles de trabajo; al ser medios para descubrir y explorar una parte del ser humano y poderla usar en la escena para crear un personaje se convierten, dependiendo de los intereses del artista, en infinidad de posibilidades o en entrenamiento concreto para abordar una problemática sobre la escena: se necesitan emociones y sentimiento complicados, profundos, no concretos, están ahí los Niveles de interrelación y el Haikú, pero si se quiere se puede abordar los Niveles para crear obras enteras y sobre el Haikú, ni decirlo, es un arte en sí mismo.

18. ¿El método/técnica es funcional para el trabajo del director? (En dado caso de que la respuesta sea si, ¿Cómo?)

Los directores que manejen a su vez el método de González Caballero podrán usar de manera muy interesante al actor preparado en él, pero debo advertir que según González Caballero no debía ser un impedimento; el actor hace su trabajo y el director hace el suyo.
Yo soy de la idea de que un trabajo de lenguaje conjunto unificado entre actor y director puede ayudar a evitar problemas, pero esa es mi idea; González Caballero nos preparaba para que saliéramos y trabajáramos bien con un director ignorante o con un conocedor del método.

19. ¿Qué significaba un personaje para Antonio González Caballero?

Un ser vivo, exactamente como cualquiera de nosotros, pero más aún, no hay límites para la imaginación del actor sobre la escena, cualquier cosa puede ser un personaje.

20. ¿Qué significa un personaje para usted?

Creo en el concepto abierto de González Caballero: cualquier creación sobre la escena es un personaje. Un personaje usando la conceptología del teatro moderno es un ser humano completo, pero la puerta está abierta, cualquier cosa puede ser un personaje.
Cuando abordábamos Strindberg y el inconsciente era cuando descubríamos a ese González Caballero que quería ver hasta dónde podía llegar la creación del actor, donde la imaginación y la magia se juntaban, donde podíamos dedicar horas a “formas”, a “seres”, a “proyecciones” que abrían pautas nuevas para el teatro. Él gustaba decir que Strindberg era el creador del nuevo teatro, y quería decir con esto que era el inconsciente la puerta del nuevo teatro. Mi concepto de personaje iría mucho más hacia esa perspectiva, todo aquello que pueda suceder en escena.

21. ¿Cuál cree que sea la importancia de la propuesta pedagógica de Antonio González Caballero, para el actor del siglo XXI?

Eso dependerá de la cantidad de gente que esté dispuesta a asimilarlo, a usarlo y a explorarlo para encontrar nuevas rutas; depende de que haya grupos que deseen trabajarlo, escuelas que deseen usarlo y actores que quieran hacer algo con ello; depende también que haya gente que quiera hacer algo más, es decir abrir nuevas fronteras con el punto de partida de los principios del método. Si eso se logra, será algo muy interesante, un campo muy fértil para muchas más cosas.

22. ¿Considera que la propuesta puede evolucionar? ¿Por qué? (En dado caso de que la respuesta sea si, ¿Cómo?)

Evidentemente soy un ferviente interesado en la idea de que la propuesta de González Caballero sí puede evolucionar. Ahora bien, el método de actuación, en el caso del libro, es un momento en la historia de ese método, es como una detención que nos ayuda a descubrir el método de una manera que siempre estando en exploración y movimiento sería muy complicado hacerlo. No es una fórmula, no es una propuesta cerrada, es como una fotografía, una detención en el tiempo que capta textos, voces, maneras de hacer algo; es un documento y ahí radica su importancia.

Sabemos muy bien que el método evolucionaría si González Caballero estuviera vivo, en sus manos seguramente cambiarían ciertos apoyos, seguramente se agregarían otros y se abrirían nuevas puertas de exploración, se estaban haciendo con el estudio de las energías y con ciertos apoyos.

González Caballero no está ya entre nosotros, pero si mantenemos esa premisa que él tenía, de una continua exploración, el método estará abierto a seguir evolucionando con nosotros sus herederos.

23. ¿Cuál su responsabilidad para con el método/técnica de Antonio González Caballero?

Al principio creía que mi responsabilidad era un compromiso, terminar de escribir ese libro y publicarlo; después pensé que también era el transmitirlo; ahora sé que mi responsabilidad para con el método de González Caballero se ha partido en dos: hacerlo conocido y ampliarlo desde el punto de vista de su técnica.
El método es un ingrediente de mi vida profesional para crear un personaje, los apoyos son la base técnica de esa mi creatividad escénica, mi interés está entonces en seguir explorando esos apoyos siguiendo a la vez mi personal interés creativo, no hay duda, lo hago con cada apoyo, escribo con ellos, danzo con ellos, actúo con ellos, por separado y completo, sigo mi personal exploración y la documento tratando de no perder las bases ni los principios de los que parto, el trabajo exploratorio de González Caballero.
Contestarte este cuestionario-entrevista es parte también de la otra responsabilidad, no dejar de expandir el conocimiento de aquello que me fue tan funcional como estudiante de actuación y primordial en los primeros años de mi vida como profesional del teatro; creo fervientemente lo será para otros que llegan al teatro a buscar armas y no las encuentran tan fácil, para aquellos que no son tan atractivos ni geniales como para estar cegados por la fama inmediata.
Como decía Stanislavski: “No todos somos genios de talento, para aquellos que no lo somos está el método, la observación de los genios para repetir aquello que los hizo grandes.”


- Posted by Gustavo Thomas. Registered by Creative Commons.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Trilogía oscura parte uno (Vestido de Negro) y parte dos (La Cura) de Gustavo Thomas ya están publicadas.




Con la alegría de compartirles que las dos primeras partes de mi Trilogía oscura, Vestido de Negro y La Cura, ya están publicadas en papel y a la venta en www.amazon.com.

Aunque ya he escrito en otros momentos sobre lo que trata cada obra de esta trilogía creo importante compartir lo que se muestra al lector en la descripción de la contraportada:


Vestido de Negro

http://www.amazon.com/Trilogia-oscura-Parte-Vestido-Gustavo/dp/1481164031


"Vestido de Negro mezcla las imágenes de Mickey Rourke en Rumble Fish, de James Dean en sus dos mejores apariciones en el mundo del celuloide, agregando a Luis Miguel por un lado y a Depeche Mode por el otro, así como a Jim Morrison, el lagarto mayor, en lo evidente; Lewis Carroll y su Alicia a través del espejo, el conde Vlad y su secuela vampírica que, vestidos de negro, irrumpen en las buenas y malas conciencias de la humanidad para comunicarnos que no existe mayor tortura que el vivir 400 o 500 años sin amor. Estos seres nocturnos que habitan en lo real y lo irreal se presentan en un mosaico en donde lo estrictamente cotidiano se funde con lo extrasensorial y la metáfora cobra un sentido vital en el trazo de los personajes; de esta manera, Alicia y Jimmy son espejos que juegan los distintos roles de una relación, y son: confidentes, hermanos, amantes, enemigos, madre e hijo, hija y padre, ángeles que son demonios y demonios que también son ángeles. Toda esta síntesis de íconos que representan la rebeldía romántica ya ida y, por otro lado, la moda oscura o, más que moda, el estado desánimo postmoderno por excelencia: la depresión y el desamor. Gustavo Thomas escribe esta historia de amor para ubicarnos en la soledad tan apabullante en que se encuentra el ser humano. La esperanza entonces surge en el sacrifico, como ese hilo de sangre que significa vida y muerte al mismo tiempo, para abrirnos los pensamientos tapados por el egoísmo, para encontrar una respuesta a nuestro vacío existencial, para encontrar la significación casi mitológica de que se sacrifica a lo que más se ama."


La Cura

http://www.amazon.com/Trilogia-oscura-Parte-Gustavo-Spanish/dp/1479393886

"Historias enajenadas en el pasado. Lenguaje en síntesis, apretado, meticuloso. Referencias de la ficción y de la realidad. Búsqueda personal por los meandros de historias compartidas. Gustavo Thomas construye en la profundidad de su laboratorio; allí los actores son el origen del viaje. Fracaso de la memoria (el tema, sin duda, compete a esta generación); derrota amorosa. El suceso que pudo haber sido, la caricia que debió existir. Inseguridad del presente. Crisis. Probablemente "la cura" sea metáfora, ausencia, vocación de cambio. La sexualidad como pasatiempo de los derrotados, la intimidad como una consecuencia de la soledad más profunda. Compromiso y otra vez, ausencia. Criaturas del fin de siglo: un ciego, la que se vende, el fantasma o el ángel de la muerte. Quizá la reflexión de Thomas incluya una severa investigación de recursos teatrales, la misma síntesis textual que deviene imagen, sonidos, economía de espacios y gestos. Sí, es la otra generación que sobrevuela nuestro teatro, con la fuerza que seguramente alcanzará las transformaciones."

 *

Sigo creyendo que la autopublicación es una forma de independencia creativa y económica de las presiones y compromisos que implican las editoras y los publicistas de antaño, así como el uso (muchas veces mal uso) de presupuestos de cultura de gobiernos (impuestos de los contribuyentes) en libros que posiblemente nunca llegarán a la gente más allá del día de la presentación del libro mismo. Sobrepaso la idea de sumar el nombre de una gran editorial, sea del gobierno o comercial, en mi currículum, y sobrepeso el papel del ahorro ecológico de este medio (la autopublicación por internet permite que se imprima sólo por pedido). Valoro demasiado mi libertad y así creo ayudo a mantenerla.

Aún me queda por terminar, y en su momento publicar, la tercera parte de esta trilogía, Misterio, pero no será hasta que me sienta satisfecho con el texto y quizás, si se da la oportunidad, hasta que sea escrita a través de otra exploración escénica, que disfruto enormidades. 

Por ahora les comparto los links para accesar a las páginas donde pueden adquirir los libros que tienen cada uno como precio general US$5.00 (más gastos de envío). Sé que se venderá en las regiones donde hay páginas de amazon.com (países de Europa, Japón, India, y Estados Unidos) pero desde cualquier pare del mundo pueden ustedes comprarlo y pedir que se los envíen hasta el domicilio deseado. también están a la venta en la página de la editorial Createspace.













Texto, fotografías y vídeos en este Blog son propiedad del autor, excepto cuando se aclare otra autoría. Todos los derechos son reservados por el autor de este Blog. Si existe algún interés en usar textos, fotografías o vídeos propiedad del autor, sea uso comercial o no, es necesario hacer una petición por escrito y dirigirla por correo electrónico a Gustavo Thomas a gustavothomasteatro@gmail.com.


domingo, 3 de febrero de 2013

Sobre opiniones y uso del método y del libro del método actuación de González Caballero

Este texto fue publicado primeramente en mi blog del método de actuación.

 


Con el paso de los años he aprendido a no enfrentarme a discusiones del método de actuación de González Caballero con personas que no lo conocen, es por donde lo vea un asunto absurdo y una pérdida total de tiempo.

González Caballero se inquietaba bastante cuando le llegaban comentarios de gente que decía que no servía su método o que era una sarta de locuras, y se inquietaba porque sabía que provenían de aquellos que no se habían nunca dado una vuelta en su laboratorio y nunca habían visto sus resultados. Nos repetía continuamente que no aceptaría ninguna crítica de gente que no conociera su trabajo y mucho menos de actores que tomaron una o dos clases y que las dejaron por la razón que fuera.

El método de actuación, explorado durante más de 35 años por Antonio González Caballero, es una obra compleja como toda obra exploratoria de cualquier gran teórico del teatro mundial. Así como se dicen barbaridades de Stanislavski, Grotowski o Barba así también se pueden asegurar estupideces alrededor de la obra de González Caballero sea como teórico de la actuación o sea de su método.

Como primer paso creo, para ir aclarando esos malos entendidos, habría que diferenciar al hombre, al escritor, al maestro de actuación y al teórico teatral.

Alguien pudo haber conocido al González Caballero hombre y nunca haber sabido nada de su método de actuación, sería lo más normal. De la misma manera aquél que haya leído todas su obras de teatro o cuentos o novelas no sabría absolutamente nada de sus investigaciones alrededor del trabajo del actor, ni más ni menos. Y aún más, aquél que haya tomado clases con él no significa en ningún sentido que haya seguido todo su método y mucho menos que lo practique. 

El teórico González Caballero trabajó con diferentes grupos de actores en su laboratorio (regularmente situado en su propia casa) durante algo más de 35 años, y se puede afirmar que dio clases de su método completo y siguió explorando su trabajo con un grupo más o menos estable de gente durante alrededor de 15 años, los últimos de su vida.

Aunque conocí a González Caballero en 1982 en el Instituto de Arte Escénico y comencé a tomar su método casi de inmediato, no fue que lo terminé sino hasta 1985 fuera de la escuela y en su taller-laboratorio, cuando el método, según sus palabras, estaba ya maduro para llevarse completo en una escuela de actuación. Nosotros fuimos los primeros que lo llevamos completo con todos los apoyos o elementos con los que quedó después configurado. Antes de esas fechas solamente se había dado en algunas clases de escuela (el Instituto Andrés Soler y el Instituto de Arte Escénico) y en algunos talleres especiales en algunas ciudades del país (en Tampico, Durango, Puebla, D.F.).

Aún cuando en el Instituto de Arte Escénico dos generaciones estudiaron en base a su método, no fue sino hasta finales de los años 80 que Emilia Carranza le propuso claramente abrir una escuela de actores donde él llevara su método de actuación en su totalidad y preparara alumnos egresados como maestros del mismo y así lo hizo hasta que la escuela dejó de funcionar unos años después. Posteriormente sólo se dedicó a dar talleres aislados, clases sueltas en un estudio de actuación y su laboratorio en su casa.

Sus alumnos se cuentan por centenas tal vez, pero solo algunos de ellos dimos clases y talleres o llevamos grupos y compañías que usaban su método como base. A partir de su muerte las cosas se complican un poco más, las visiones se han expandido también, las diferentes experiencias, las necesidades de cada grupo o actor hacen que el método ya sin Antonio González Caballero se vuelva a su vez una amalgama de métodos.

Hablar de pureza del método es una estupidez, el mismo González Caballero seguía explorando y nunca pensó que el método fuera un ente completamente cerrado o terminado; le dio una estructura que lo hacía funcionar en una escuela de actuación, con fines determinados para una carrera con necesidades muy claras, pero la exploración nunca la detuvo y pedía que nunca se detuviera. El método de actuación que creó era un punto de partida de exploración.

Mi interés en llevar el método que conocí y estudié a un libro fue el de rescatar aquello que podía perderse en el proceso del tiempo, tanto en el mismo González Caballero como en nosotros sus discípulos; si este era un punto de partida entonces dejar claro cuál era ese punto de partida y seguir explorando a partir de ahí, tan simple como eso. Lo que quise plasmar en el libro fue el documento mismo, sus palabras, su forma de guiar la exploración de los apoyos, sus comentarios, su teoría misma.

Por otro lado, el libro de este método es también una guía práctica de trabajo para el interesado en llevarlo a cabo; al estar en la misma línea estructural en la que él llevaba su trabajo, con casi todos los ejercicios que él dirigía y sus propias palabras, el método se podría seguir como él lo habría llevado entre los años 1988 y 2003. Es un caso hipotético, pero podría haber alguien interesado en ello, y el mismo González Caballero así me había pedido que lo escribiera.

Una lectura de este libro no implica tampoco una comprensión total del método, pero como documento que es, es un punto de discusión concreto; la experiencia viva de sus alumnos cercanos y de aquellos que hemos seguido explorando es una segunda opción de discusión. Los análisis de terceros serán, creo yo, para otro momento.

Si lo que se quiere con el libro en mano es desarrollar sus habilidades creativas y su capacidad de creación de personajes entonces yo aconsejaría que se tome el texto con mucho cuidado y precisión, sí, que se sea inteligente en la lectura y se use el discernimiento personal para descubrir sus propios intereses en él y, principalmente, que se esté dispuesto a la práctica de lo que ahí se propone explorar, porque sin ella nunca se obtendrá nada de él. Entonces contactar a aquellos alumnos directos que dan clases del método y corrobar su aprendizaje, buscar clases o talleres con ellos y comparar así su trabajo. Habría que descubrir la sabiduría inherente en la palabra base del método, el "apoyo".

Al final nadie será mejor maestro que uno mismo, eso lo sabía y lo enseñaba Antonio González Caballero.



*



El libro del método de actuación de Antonio González Caballero (NO incluye el Método de Voz), en su versión en papel (en especie) está a la venta solamente a través de Internet, y en tres sitios: 

Amazon España:  
http://www.amazon.es/Método-Actuación-Antonio-González-Caballero/dp/1466261919

Amazon.com: 
http://www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-Spanish/dp/1466261919 

CreateSpace: 
https://www.createspace.com/3677417


También está a la venta en formato electrónico (libro electrónico o ebook), en la tienda Kindle de Amazon:


Kindle amazon:  
www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-ebook/dp/B009HUT5AA



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jueves, 4 de octubre de 2012

Sergio López habla sobre Oscar Liera. Homenaje a Oscar Liera en el Foro Luces de Bohemia. Parte . (1997)


Sergio López hablando sobre Oscar Liera. Foro Luces de Bohemia. México, 1997.



Continúo con las entradas sobre el Homenaje a Oscar Liera que se organizó en el Foro Luces de Bohemia en diciembre de 1997. Comparto ahora el siguiente video con el investigador teatral y biógrafo de Oscar Liera, Sergio López.

En la mesa participaron Oscar Blancarte, Soledad Ruíz, José Enrique Gorlero, Felipe Galván, Armando Partida y Sergio López.

Sergio López habla sobre Oscar Liera:





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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Armando Partida habla sobre Oscar Liera. Homenaje a Oscar Liera en el Foro Luces de Bohemia. Parte . (1997)

Armando Partida hablando de Oscar Liera. Foro Luces de Bohemia (1997)



Siguiendo las entradas sobre el Homenaje a Oscar Liera que organizamos en el Foro Luces de Bohemia en diciembre de 1997 comparto ahora el siguiente video con el investigador teatral Armando Partida.

En la mesa participaron Oscar Blancarte, Soledad Ruíz, Sergio López, José Enrique Gorlero y Armando Partida.

Armando Partida habla sobre Oscar Liera:





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viernes, 21 de septiembre de 2012

"Trilogía Oscura. Parte 2: La Cura", un texto de Gustavo Thomas en versión libro electrónico (2012)


Portada del libro "Trilogía oscura. Parte 2: La Cura" texto dramático de Gustavo Thomas (2012)


En 1997 José Enrique Gorlero escribió sobre La Cura:

“Historias enajenadas en el pasado. Lenguaje en síntesis, apretado, meticuloso. Referencias de la ficción y de la realidad. Búsqueda personal por los meandros de historias compartidas. Gustavo Thomas construye en la profundidad de su laboratorio; allí los actores son el origen del viaje. Fracaso de la memoria (el tema, sin duda, compete a esta generación); derrota amorosa. El suceso que pudo haber sido, la caricia que debió existir. Inseguridad del presente. Crisis. Probablemente “la cura” sea metáfora, ausencia, vocación de cambio.

“La sexualidad como un pasatiempo de los derrotados, la intimidad como una consecuencia de la soledad más profunda. Compromiso y otra vez, ausencia. Criaturas de fin de siglo: un ciego, la que se vende, el fantasma o el ángel de la muerte.

“Quizá la reflexión de Thomas incluya una severa investigación de recursos teatrales, la misma síntesis textual que deviene en imagen, sonido, economía de espacios y gestos. Sí, es la otra generación que sobrevuela nuestro teatro, con la fuerza que seguramente alcanzará las transformaciones.”


La Cura es un texto extraño, toda la Trilogía Oscura creo que lo es; son textos que me ofrecen, a mí autor, una puerta a los caminos desconocidos de mi propia poesía dramática, romántica y oscura, poesía de fines del siglo XX donde veo que amor, sexualidad y muerte están entrelazados debido a la derrota de las utopías y debido al surgimiento del SIDA.

Esta versión en libro electrónico (Septiembre, 2012) va más allá de aquella que se montó en 1997-1998 en el foro Luces de Bohemia, es más madura, con personajes más literarios y delineados, pero no pierde en absoluto aquello que tanto me atrajo de esos años de mi vida, un enorme sentido de exploración y de profundidad humana, de dolor y de sarcasmo, de libertad...

El libro está a la venta en la tienda Kindle del sitio www.amazon.com por US $3.00 y pueden bajarlo directamente a su teléfono celular, a su iPad, a su laptop o a su computadora de escritorio:




página de amazon kindle donde se vende "La Cura"


Si quieren ver un extracto del texto primero será mejor que bajen el "sample" en lugar de ver aquél que se ofrece en la página de amazon (el que abre una nueva página para que vean el interior del libro), porque ahí el formato que ofrecen por alguna extraña razón pierde los saltos de página y se vuelve un tanto confuso, mientras que si bajan el "sample" lo verán tal como está editado en realidad.





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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Soledad Ruíz habla sobre Oscar Liera. Homenaje a Oscar Liera en el Foro Luces de Bohemia. Parte 3. (1997)

Soledad Ruíz durante su participación en la mesa sobre Oscar Liera. (Gustavo Thomas © 1997)


Siguiendo las entradas sobre el Homenaje a Oscar Liera que organizamos en el Foro Luces de Bohemia en 1997 comparto el siguiente video de la mesa redonda en la que participaron Oscar Blancarte, Soledad Ruíz, Sergio López, José Enrique Gorlero y Armando Partida.

Soledad Ruíz habla sobre Oscar Liera:





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viernes, 11 de mayo de 2012

González Caballero, padre. (En el noveno aniversario de su muerte)

Nota: Este texto fue leído en su primera versión, en Puebla, durante el primer homenaje a días de la muerte de González Caballero, en mayo de 2003. Ahora lo retomo en el noveno aniversario de su deceso.

Retrato de Antonio González Caballero (Digital Painting. 2011)
Antonio González Caballero (Digital Work Over Photograph. © Gustavo Thomas. 2011)


González Caballero, padre.

La contundencia de la acciones en la vida real pueden abrumarnos. González Caballero ha tenido una acción más que contundente para todos nosotros y reaccionamos a ello, que no nos abrume. Ahora que él ha muerto, no le busquemos cronologías para una buena biografía... "Enumerarlo, seguir el orden de sus días, me parece imposible; mejor buscar su eternidad, sus repeticiones. Sólo una descripción intemporal, morosa con amor, puede devolvérnoslo.", escribe el joven Borges en su texto sobre la vida del poeta Evaristo Carriego.

I

Transmitir por necesidad, debido a un continuo trabajo dentro de la meditación taoísta-tibetana donde se aprende a dar, a ofrecerse totalmente a los demás, al mundo, más allá de la fama o del reconocimiento...
Dar fue para González Caballero el principal impulso en su vida. El fue siempre, sin lugar a dudas, el maestro que da.
González Caballero dio con libertad, dio a todos; pintó y dio, escribió y dio, investigo una técnica de actuación y dio.
No hablo del amigo... ¿qué puedo decir de lo que el amigo dio?

González Caballero fue maestro de tres disciplinas durante su vida: la Ciencia de la Física Mental, la pintura y la actuación.

Estaba convencido que la dramaturgia no debía enseñarse, sino que leyendo y escribiendo el dramaturgo evolucionaría; un tanto engañosa apreciación la suya cuando en cada una de sus clases, en cada una de sus pláticas, hablaba de lo que había leído, lo analizaba, lo transformaba, escuchaba nuestros escritos, los comentaba, nos regañaba por ciertos crasos errores. Daba clases de dramaturgia también, así, en su muy particular estilo.

Desde la adolescencia con sus primeros estudios de pintura a nivel comercial, González Caballero resultaba para los demás ser un talentoso artista lleno de incertidumbres e impulsos destructivos. En los años 50's, a partir de su encuentro con la filosofía tibetana que en su versión occidental transmitía en México el maestro Pedro Espinoza de los Monteros, González Caballero tuvo un cambio radical en su vida y en su idea de dar. La fuerza que ese trabajo le diera transmitiéndolo durante nueve años lo llevó, entre otras cosas, a entrar de lleno a la pedagogía de la pintura, creó un método de aprendizaje en base a las investigaciones que a Paul Klee y Vasili Kandinski en los años 20 los hizo tan famosos como docentes en la Bauhaus alemana. De ese método de su primera escuela salieron algunos pintores y caricaturistas mexicanos de renombre.

Ese mismo dar siguió cambiando su vida, incursionó con tremendo éxito en la dramaturgia y a través de algunos accidentes del destino fue a caer a la clase de creatividad para actores en la escuela Andrés Soler de la ANDA. Siendo pintor y escritor González Caballero no conocía los secretos del arte de actuar, y con humildad, profundidad y genialidad entró en ello. En 1971 creo su primer taller de actuación de donde salió su técnica de actuación y decenas de actores con su sello; ese taller nunca se detuvo sino hasta el día de su muerte, literalmente.

II

En lo que llamo su singular manera de transmitir los conocimientos, González Caballero, fue para la gran mayoría de nosotros “un maestro” que, como dije anteriormente, siempre estaba enseñando algo. Lo llamábamos así, el maestro. Para quien le llamaba Toño (un caso especial) lo hacía porque se consideraba su amigo de confianza y sin embargo al visitarlo no se iba sin aprender algo de él, de su obra, de su trabajo, “Toño”, el amigo, se volvía un maestro también.

Una clase con González Caballero era un juego, y sin embargo uno intuía que estaba en algo mucho más profundo, en momentos sagrado; siempre había humor, cierto desparpajo y abstracción; su prodigioso uso de la imaginación se transmitía al mundo y uno salía de sus sesiones impulsado a crear, como si la imaginación del viejo nos hubiese contagiado de tal manera que solo faltara llegar a casa para que en la soledad se concretara esa idea surgida con su plática, con sus gestos, con su dar. Cuando González Caballero daba clases había algo en verdad de donde absorber, imposible no hacerlo; cuando el maestro hablaba, había algo que imaginar, y al final, siempre, algo que crear.

Seré también precavido, alguno comentará por ahí que no aprendía con él, que era aburrido o molesto, y está en su derecho de comentarlo; pero ahora sin precaución digo, seguro que esa errónea percepción habrá sido debido a prejuicios ante su personalidad, ante su forma de vestir, ante su actitud ante el dinero.

González Caballero gritaba, callaba a la gente, golpeaba mesas para llamar la atención con fuerza, soltaba madres (como él decía), e inmediatamente después sonreía como si no hubiera pasado nada, y sin más podía acercarte sus cinco dedos juntos en su muy original saludo.

En este amoroso y moroso recuento de mi experiencia como alumno recuerdo lo impresionante que era para mí el que un hombre de su baja estatura, de su actitud, con esa voz extrañamente aguda y ronca, se volviera tan grande en una clase. Para quien adoraba las personalidades fuertes González Caballero no era más que un desaliñado sin importancia, habría que imaginarlo ahora que ya no está: cerraba los ojos al hablar para concentrarse; hasta los años noventa fumaba sus Delicados y mantenía una parte de su bigote quemado y algo amarillo por el tabaco, así como las uñas de los dedos con que tomaba el cigarro; esa inexistente dentadura y sin embargo su hablar normal (se enorgullecía de su dicción que lo hacía no chochear, recuerdo); sus lentes y la marca que tenía de ellos en la nariz; su puente roto y su dedo abriendo más de lo normal una fosa nasal para respirar mejor: su eterna chamarra (que cuando llovía le gustaba porque decía que así podía aprovechar para lavarla); sus también eternos pantalones guangos y sucios; sus zapatos de vagabundo; su barba siempre con días sin rasurar... Sí, a esa personalidad no se le respetaba mucho, y sin embargo, sabiéndolo él, no buscaba imponer respeto a su persona, no reclamaba por ello, él estaba ahí enseñando, nos cambiaba la vida en la actuación, nos daba las armas para sobrevivir en ella.

Un compañero de mi entonces compañía Esférica Ludens, días antes de que muriera el maestro me escribía en un correo electrónico: "Debo apurarme porque quiero absorber a González Caballero, sus clases son para mí oro molido." Lo creo, tengo un poco de ese oro brillando en mis manos.

González Caballero siempre llegaba a tiempo, pero eso no significaba que en punto empezara a hablar del tema de clase, todo se iba dando con simpleza, platicando entrábamos en el tema, en los ejercicios. Su taller durante años empezó, fuera sábado o domingo, a las once de la mañana, y los ejercicios podían iniciar a las 12 o 1 de la tarde, pero nunca sentías que perdías tiempo; al fin estabas cerca de él.
En esa época que ahora recuerdo, a fines de los 80's, las sesiones eran en un amplio cuarto en la azotea de la casa de la maestra Román Calvo, que albergó al taller durante varios años; ahí fueron mis primeras clases de dramaturgia, con ellos dos y algunos compañeros leyendo mis obras después del taller de los sábados; eran en verdad pequeñas tertulias. Después de comer en algún restaurante cualquiera había que regresar a la casa de la maestra, escuchar la lectura de quien tuviera un texto, platicar, ir al cine. Con González Caballero eran fines de semana de continuo aprendizaje y disfrute.
Uno iba a aprender de actuación y aprendía también filosofía, cine (en eso era un experto), literatura, psicología, historia, chismes de esa historia, libertad, uno aprendía con él a ser libre. Es por eso que estoy convencido que algunos lo rechazaban, les daba miedo su libertad, no podían ser libres, nunca tanto como él.
Todo continuó de la misma manera hasta el final de su vida, las sedes del taller cambiaron pero la rutina de aprendizaje y disfrute permanecía.


III

Aprendí con él un nuevo concepto de la palabra rebeldía, y vaya que me costó trabajo y trabajos aprenderlo: ¿para qué gritar?, ¿para qué querer romper todos los esquemas frente a los demás? En tu vida, en tu obra, en tu simple andar puedes ser libre, esa es la mayor rebeldía y esa él la enseñaba sin necesidad absolutamente de nada más, viviendo, estando cerca, haciéndonos su amigo.
González Caballero siempre leía por su propio gusto, pero esa continua lectura refrescaba su obra, su clase, siempre había algo nuevo que reforzaba su trabajo, y todo era tan profundo, tan elevado, que a veces no nos dábamos cuenta de ello; era simple, risueño, simple, muy simple. Cuando uno lee sobre los maestros orientales taoístas puede tener una idea de dónde venía su maestría.

Invitábamos gente ajena al taller, gente a quienes les había sorprendido nuestra evolución, nuestra cultura, les decíamos que se los debíamos al maestro, entonces querían conocerlo; iban ciertamente ilusionados de conocer al maestro, y cuando lo veían o lo escuchaban o incluso cuando leían su obra, pocos, muy pocos lo alababan; la mayoría creía que nosotros éramos los grandes y que estábamos obsesionados, engañados con que él nos había dado cosas que en realidad nosotros aprendimos por nuestra cuenta. ¡Tontos, tontos, tontos!
González Caballero, con la apariencia de vagabundo que tenía, resulta ser el padre de una inmensa generación de actores y artistas de este país, es el padre de una técnica de actuación que manejan, mal que bien, decenas de jóvenes actores, es el padre de algunos dramaturgos entre los que me incluyo, es el padre de maestros de teatro... González Caballero no tuvo hijos biológicos pero fue un padre indiscriminado de artistas, nunca usó condón para enseñar, era un libertino del dar, a todos, a quien fuera, no respetaba nada ni a nadie.

Grotowski tenía razón, todos tenemos un padre artístico y no podemos renunciar a ese hecho indiscutible, González Caballero es el nuestro y querámoslo o no está en nosotros: “aquí en mi corazón, aquí en mi mente, aquí en mi creatividad”, él, siguiendo el eterno estribillo ante la muerte de alguien, no ha muerto, vive en nosotros.

Finalmente, como lo escribí hace unos años donde decía que nosotros, sus alumnos, estando vivo el maestro, ya lo habíamos matado porque no aceptábamos su paternidad ni la defendíamos ante los embates de los poderosos de la cultura en nuestro país, ahora lo digo también: estuve tantos años junto a él y sigo estándolo porque González Caballero hacía lo que decía, no mintió; eso no lo he encontrado en ninguna otra parte de mi país y tal vez esa sea la razón por la que ahora vivo a miles de kilómetros de él y no lo sufro en su ahora eterna ausencia física.

¡Qué importa que los críticos mexicanos lo tomen como uno de los peores escritores famosos de nuestro teatro! ¡Qué importa que los directores sean tan faltos de preparación que no logren entender sus propuestas y que los compañeros de profesión lo minimicen a tal grado de que haya parecido un ingenuo diciendo cosas bonitas!... Por supuesto nada más erróneo.
Pero, recordemos, González Caballero no estaba muerto en vida por esas personas que lo atacaban o minimizaban, sino por sus propios alumnos, sus discípulos y los que se decían sus amigos. ¡Antes de que alguien salte ofendido puedo lavarme las manos de mi “yo acuso”! Aclaro: no todos.
Seguramente aquí hay muy pocos, y en su entierro muchos menos, que hablan de lo importante de su obra creadora, no de que haya escrito varias obras y deban editarse sus obras completas, sino de la verdadera importancia de su obra artística... No tengo que haber estado ahí para saberlo. Es normal, moría el amigo, el hombre... tal vez no era tiempo de hablar de eso... No sé, tengo mis dudas.
Creo que aquellos que lo sepultaron vivo antes de esa terrible tarde de mayo de este 2003 no entendieron que su lucha por el reconocimiento del viejo no era para González Caballero ni para su obra sino para ellos mismos: una vez transmitida la verdad ésta no pertenece al maestro sino al alumno, está en su sangre, forma parte de él. Las puertas abiertas formaron parte ya de su propia constitución, de sus intereses creativos, el maestro se había depositado en ellos. En realidad se sepultaron a sí mismos no dándole el respeto merecido, no analizando sus textos, no leyéndolo con profundidad, rebajando sus investigaciones, no desarrollando su propia creatividad ante sus enseñanzas. La muerte del padre es inevitablemente la muerte del hijo.

Al final de este amoroso y despiadado recuento no dejemos perder esa parte que él dejó en nosotros, aprendamos a dar como él dio, aceptemos su paternidad sobre nosotros y elevemos nuestra creación como él lo hizo con la suya; después seamos libres.

Como a todo artista desaparecido, y eso es algo que indiscutiblemente González Caballero ha hecho, “desaparecer”, intentemos darle vida en un verdadero lugar dentro de nuestras vidas, a través de su obra creativa que corre aún por nuestras venas.

Saludos a todos desde Beirut, donde gracias a Dios no se hace tanto teatro.





Gustavo Thomas

Beirut, Líbano
Junio de 2003 
(Retrabajado en Toronto, Canadá. Mayo de 2012)







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