viernes, 30 de enero de 2009

Caminando por el jardin de Basho...




“閑かさや岩にしみ入る蝉の声”

“Todo en calma; / penetra en las rocas / la voz de la cigarra”




La primera vez que oí del Haikú fue sintiéndolo.

En un ejercicio de actuación mi maestro, González Caballero (1), nos repetía constantemente unas cuantas frases poéticas traducidas del japonés. La respuesta inmediata en mi interior, acaso explosiva (si las explosiones fueran tan lentas como potentes), me abrió una puerta hasta entonces desconocida; la sensibilidad interior tenía una entrada (tal vez tiene más) y yo la había descubierto ese día.

Las palabras del maestro eran escuchadas, y después de un tiempo repetidas por mí, con mi voz, cada vez más bajo, como queriendo que entrasen a mí; entonces oírlas en el silencio, oírlas viajando por el cuerpo, dentro del cuerpo y comenzar a sentir.

El sentir me llevaba al llanto, pero aquél llanto no era de dolor y tristeza, o en todo caso de un dolor y una tristeza tan grandes que parecían cercanos a lo infinito, por lo tanto a lo intangible, y por lo tanto ni tristes ni dolorosas, sólo estaban y eran en mí, y ese llanto fluía como corre un río, sólo porque sí.

Mi cuerpo se distensaba, mis ojos nublados seguían escuchando el poema en mí.

Ya en el suelo y en un lapso de tiempo sin recuerdo, aquella tarde, disfrutando de todo ello, miraba al cielo y reía mientras las lagrimas seguían saliendo. Era todo, era mucho, ¡era de una extrema suavidad!

Hacía rato que la voz del maestro había desaparecido y la mía también, pero yo seguía escuchando el poema, en mí. Era la primera vez que podría decir que sentí un "alma", eso tan intangible que sólo llega a ser asible a través la poesía.

Y es desde entonces que al escuchar la palabra "Haikú" mi cuerpo ( y alma) la identifican con esa experiencia de actor, y al escuchar el nombre de "Basho" con el ser creador que la provocó.

Basho (Bashō) se ha cruzado varias veces en mi vida desde aquél día en el laboratorio de González Caballero y hasta ahora, se cruzó en mi camino durante un viaje a Tokio en enero del año 2008. Yo buscaba un estadio de Sumo, quería ver hombres enormes pelear de una forma ritual, y encontré en cambio al poeta japonés, encontré su casa museo que me detuvo por unos minutos.

La casa fue prácticamente destruida por el tiempo y los bombardeos, de ella no queda nada; una nueva construcción que la sustituye, un pequeño museo, y en ese lugar un pequeño jardín que aún en el invierno permanecía vivo.

Por ese jardín paseé y grabé imágenes, más bellas por lo que significan que por lo que ellas son. Mostrarlas es un gozo y leer sus poemas al verlas un placer.

Los viajes son pretextos que nos conducen a la sabiduría.


Un paseo por el jardín de la casa museo de Basho






Casa Museo de Basho. Toki, japón. (Enero de 2008)


Primeras frases (en español) del libro de Basho "Oku no Hosomichi"



La primera parte de "Oko no Hosomichi" (el más famoso libro de Basho) en la traducción de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya:

"Sendas de Oku

Los meses y los días son viajeros de la eternidad.
El año que se va y el que viene también son viajeros.
Para aquellos que dejan flotar sus vidas a bordo de los barcos o envejecen conduciendo caballos, todos los días son viaje y su casa misma es viaje.
Entre los antiguos, muchos murieron en plena ruta. A mí mismo, desde hace mucho, como girón de nube arrastrado por el viento, me turbaban pensamientos de vagabundeo.
Después de haber recorrido la costa durante el otoño pasado, volví a mi choza a orillas del río y barrí sus telarañas.
Allí me sorprendió el término del año; entonces me nacieron las ganas de cruzar el paso Shirakawa y llegar a Oku cuando la niebla cubre cielo y campos.
Todo lo que veía me invitaba al viaje; tan poseído estaba por los dioses que no podía dominar mis pensamientos; los espíritus del camino me hacían señas y no podía fijar mi mente ni ocuparme en nada.
Remendé mis pantalones rotos, cambié las cintas a mi sombrero de paja y unté moka quemada en mis piernas, para fortalecerlas.
La idea de la luna en la isla de Matsushima llenaba todas mis horas.
Cedí mi cabaña y me fui a la casa de Sampu, para esperar ahí el día de la salida.
En uno de los pilares de mi choza colgué un poema de ocho estrofas. La primera decía así:


Otros ahora


en mi choza - mañana


casa de muñecas.
"



(1) González Caballero es el creador de un método de actuación conocido como "técnica de González Caballero". El ejercicio narrado pertenece a la llamada dentro del método "corriente naturalista o chejoviana", y la exploración que se trabaja es precisamente la del "Apoyo Haikú".
Hay un Blog donde se expone el método completo: http://agcmetodo.blogspot.com

*


El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios: Amazon.com: http://www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-Spanish/dp/1466261919 CreateSpace: https://www.createspace.com/3677417




domingo, 25 de enero de 2009

Teatros de corte de la dinastía Qing (III): Chang Yin Ge, dentro de la ciudad prohibida.




En septiembre de 2008 visité por cuarta o quinta vez “La ciudad prohibida”, pero esta vez iba con una sola intensión, conocer uno de los teatros más importantes de China, el lugar donde los últimos emperadores chinos habían visto actuar a las más grandes figuras de la ópera tradicional, donde los mecanismos de cambios de escenografía y la escenografía misma estaban a la par o superaban aquellos de la Europa contemporánea.

El Chang Yin Ge o “Pabellón de las alegres melodías” es el tercero de los teatros de corte construídos durante la dinastía Qing que expongo en este Blog, tal vez el primero en importancia por su ubicación, dentro de La ciudad prohibida en Pekín. Los otros dos teatros, el Deheyuan (dentro del Palacio de Verano) (1) y el teatro situado dentro de la villa de verano en Chengde (2), me habían sorprendido por su tamaño, por su belleza y por su originalidad, al final son muy pocos los teatros construidos especialmente para la corte durante las dinastías Ming y Qing, y esperaba lo mismo de éste en Pekín.


La ciudad prohibida es el palacio tipo ciudad que fue casa de los emperadores chinos y su corte durante algo así como 500 años; impenetrable para el chino común, sus puertas fueron abiertas hasta después de la revolución comunistas en los años 50 cuando fue convertido en un museo. Conteniendo varios escenarios, no fue sino hasta la segunda década del siglo XIX que con la importancia del nuevo teatro de ópera, lo que después sería llamado Jingju o Teatro del Norte (la ópera de Pekín), se exige un escenario acorde con sus posibilidades de espectacularidad.


El escenario fue construido en el ala este de la ciudad prohibida, dentro del Chang Yin Ge o “Pabellón de las alegres melodías”, en el que se acostumbraba presentar música y danza. Como en todo espacio arquitectural chino, el escenario se ubicó dentro del pabellón, que era una área cuadrangular dentro de un espacio abierto (es decir una especie de patio, sin techo); a su alrededor pasillos y enfrente un edificio, llamado “Pabellón de la lectura”, que servía para albergar como espectadores al emperador y a sus más cercanos miembros de la corte.




La belleza de las formas arquitectónicas de La ciudad prohibida, los colores y los materiales y su decoración misma son insuperables en toda China, una experiencia maravillosa para los ojos y la mente. Sin embargo siendo el tercer teatro que veía de su estilo confieso que no estuve tan impresionado como con los anteriores, pero hice un esfuerzo y dejé de lado mis otras experiencias, entonces intenté disfrutar de la belleza y singularidad de este teatro, y de verdad lo hice. Era verdaderamente espectacular.


Estos teatros de corte en realidad deben ser llamados “escenarios” no teatros, pues como antes lo comenté fueron construidos dentro de pabellones de palacios; el teatro entonces sería el pabellón mismo con sus edificios alrededor, lo que admiramos es el escenario mismo, la construcción que albergaba durante la representación a la orquesta de músicos y a toda la compañía de actores y cantantes, con sus vestidores, sus salones de tramoya, bambalinas, etc... una arquitectura única en el mundo.


Transmito la información que nos dan en el lugar:

"Este pabellón fue construido en 1776 (el año 41 del reinado de Qianlong durante la Dinastía Qing). En 1817 (el año 22 del reinado de Jiaqing), un escenario de ópera de tres pisos, el escenario más grande en el palacio, se añadió al pabellón. El pabellón tiene 20,71 metros de altura, con un área de construcción de 685,94 metros cuadrados. El piso superior del escenario se llama Escenario de la Felicidad; la parte media, Escenario de Posición, y el piso inferior, Escenario de la Longevidad. El Escenario de la Longevidad tiene cinco trampillas en el techo, las que llevan al segundo nivel, al Escenario de Posición. Por las trampillas, hay cabrestantes y ruedas, permitiendo entradas y salidas de seres sobrenaturales, fantasmas y demonios. Durante espectáculos de gran escala, actores aparecían en los tres pisos a la vez. El escenario puede albergar hasta 1.000 personas. Este pabellón se encuentra frenta al Yue Shi Lou (Pabellón para la lectura) en el norte. Las dos palabras "Chang Yin" significan tanto en voz alta como sonido alegre ". (3)


Una maqueta en la galería-museo




Dentro del Yue Shi Lou, el llamado “Pabellón para la lectura”, se ha montado una exposición permanente con fotografías de los teatros de la ciudad prohibida, esquemas de su estructura, objetos utilizados en él, y en especial se exhibe una maqueta que muestra un corte del escenario en un momento de representación, donde puede observarse toda la ingeniería teatral usada en él, así como los lugares donde los actores se ocultaban o esperaban sus entradas. Tomé un video de la maqueta que, aunque pierde calidad por el hecho de que la maqueta está tras un vidrio, creo puede apreciarse ese maravilloso mundo atrás de una representación dentro de una ópera china.





(1) http://gustavothomasteatro.blogspot.com/2007/04/china-teatros-de-la-corte-en-la-dinasta.html
(2)
http://gustavothomasteatro.blogspot.com/2008/06/un-teatro-de-la-opera-de-pekn-de-la.html
(3) El original en inglés: “This pavilion was constructed in 1776 (the 41st year of the Qianlong reign period of the Qing Dinasty). In 1817 (the 22nd year of the Jiaqing reign period), a three-storey opera stage, the largest stage in the palace, was added to the pavilion. The pavilion is 20.71 meters high, with a construction area of 685.94 square meters. The upper storey of the stage is called Happiness Stage; the middle part, Position Stage; and the lower storey, longevity Stage. Longevity Stage has five trapdoors in the ceiling, leading to Position Stage. By the trapdoors, there are capstans and wheels, allowing dramatic entrances and exits of supernatural beings, ghosts and demons. During large=scale performances actors and actresses appeared on the three storeys at the same time. The stage can hold 1,000 people. This pavilion faces Yue Shi Lou (Pavilion for Reading) to the north. The two words Chang Yin mean as much loud sound cheerful."

lunes, 19 de enero de 2009

"Theatermuseum" de Amsterdam. Una simple visita.



No quise olvidar ni dejar de compartir unas fotografías y cortísimos videos que tomé durante mi visita al "Theatermuseum" en Amsterdam, Holanda, en octubre de 2007.

Amsterdan es una ciudad estupenda, y todos los sabemos. Entre sus canales de ensueño y sus cientos de construcciones maravillosas, llenas de historia y cultura, está el Theatermuseum o museo del teatro, un edificio del siglo XVII, que esta destinado sólo a mostrar el teatro holandés. Cualquiera que viene de fuera se sorprende de la importancia y la larga historia que el teatro tiene en Holanda y más sorprende el orgullo y respeto que tienen los holandeses por su teatro, sus artistas y sus logros en este campo.


La cámara del Barón van Slingelandt




En esa temporada el museo ofrecía una exposición sobre la producción de teatro,"Backstage", además de las exposiciones permanentes, aquella sobre la historia del teatro holandés (interesante claro, pero debido a mi ignorancia en el tema se convirtió en mera información que con la pena... es fácil de olvidar), y lo mejor de todo, una fantástica exposición sobre antiguos modelos de escenografías (uno de los videos muestra una de los modelos aunque en muy mala calidad del video, tomado con teléfono celular), llamada "the chamber theatre of Baron van Slingelandt" (la cámara de teatro del barón von Slingelandt). Entrar al cuarto es entrar a un sueño, la reconstrucción es perfecta y la sensación de entrar al pasado es fuertísima. Ver cada uno de los modelos es una historia en sí, son obras de arte expuestas a nuestros ojos en forma de juguetes funcionales, juguetes que ayudaban a realizar el teatro de siglos atrás. Esto es lo que sus administradores dicen dicen sobre ella:

"After a thorough renovation in 2002 Baron van Slingelandt's chamber theatre dating from 1781, one of the top pieces of the collection of Theater Instituut Nederland, is now on display in the Theatermuseum. The exhibition portrays the situation as it was in Baron van Slingelandt's home.

"It is the only remaining chamber theatre in Europe and is made up of fourteen complete sets from the eighteenth and nineteenth century. The sets can be changed by the use of an authentic 18th century wooden mechanism which is housed under the stage floor. These sets served as a model for the sets of the 18th century City Theatre (Stadsschouwburg) on the Leidseplein in Amsterdam." (1)


Video de la cámara de teatro del barón van Slingelandt en el Theatermuseum de Amsterdam


Fotografías de la cámara de teatro del barón van Slingelandt. Theatermuseum en Amsterdam
(Una discupa por la mala calidad de la imágenes)






La escalera

Un remarcable punto de mi visita fue la fantástica escalera del edificio, una larga "chiocciola" (escalera de caracol), como era llamada en el renacimiento. La pueden ver en el único video que salió de razonable calidad, aún cuando fue tomado como los otros con mi teléfono celular (móvil) se puede disfrutar, creo yo.










(1) En inglés en el original: http://www.amsterdam.info/museums/theatermuseum/


miércoles, 14 de enero de 2009

"Manteca" y algunas estampas del teatro cubano que conocí hace 15 años.

El texto siguiente fue escrito como una segunda versión, la primera versión publicada en la fecha dictada en esta entrada tenía demasiados datos confusos y complicaciones así que 2 meses después decidí borrarla y hacer una nueva. Gracias a un comentario de Ileana Boudet pude reconocer que una de las obras que había visto no era "El robo del cochino" de Abelardo Estorino sino "Manteca" de Alberto Pedro Torriente.



El aniversario de la revolución y 15 años atrás.


Con la presencia mediática del 50 aniversario de la revolución cubana, ya sin Castro pero con Castro ahí, y con la poca alegría que se siente despierta tanto en los cubanos como en sus seguidores latinoamericanos, me vino a la mente mi última visita a la isla, hace más de 15 años.

No quiero a hablar (aunque sea inevitable hacerlo) de la condición política cubana ni de sus miserias o de sus logros y triunfos (como les ha llamado Raúl Castro); no, no quiero hacer un análisis de su situación en aquellos años; prefiero hablar del teatro que viví cuando estuve en la isla.


Viaje a La Habana en la primavera de 1994 como parte de una especie de comisión mexicana en el "Encuentro Internacional de Publicaciones Teatrales Conjunto 94", organizado por la famosa institución cubana "Casa de las Américas", iba representando a Escenología A.C. y llevaba el papel de donar a Cuba ejemplares de la colección teatral (tan famosa en el mundo hispano) que esta compañía había publicado hasta ese momento, alrededor de 50 tomos. Mi trabajo ahí era simple, tomar un curso (escuchar conferencias), hacer una presentación un tanto especial sobre Escenología y donar los libros en una pequeña ceremonia, no más. Lo demás era disfrutar de Cuba y conocer su teatro y a sus artistas.

La primera y mayor impresión que tuve es que el teatro era inmensamente popular en la isla; al parecer la carencia de medios electrónicos de comunicación realmente de masas y los cortes de energía dominaban el espectro cultural cubano, así que el teatro, vivo como es y pudiéndose hacer a todas horas era una solución infalible para el entretenimiento del cubano común, exactamente como lo eran las bicicletas para el transporte.

Conocí algunos grupos de teatro, a directores, escritores, actores, escenógrafos y productores, todos ellos ávidos de contactar artistas, investigadores y a lo que fuera venido del exterior (para ellos en ese momento yo era un periodista, un investigador mexicano). Y yo, ávido de conocer su mundo, me enfrasqué en tres importantes contactos de los que aún tengo pleno recuerdo.



Carlos Díaz y la compañía "Teatro El Público"




El primero de mis encuentros con el teatro cubano fue durante la reunión inaugural del congreso en Casa de las Américas, con los actores de un grupo de teatro considerado "gay", "Teatro El Público". "Teatro El Público" era considerado así tanto por su teatro como por su director, sus actores, sus dramaturgistas (o adaptadores de piezas, dramaturgos también) y sus temas; la compañía se había hecho famosa en Cuba por haber montado "Las Criadas" de Jean Genet, y "Hacia Moscú", una adapatación de "Tres hermanas" de Antón Chéjov; las tres hermanas habían sido actuadas por hombres, y la compañía planeaba la puesta en escena de "El Público", la escandalosa pieza de Federico García Lorca, reconocida por su temática homosexual.

El grupo de actores de Teatro El Público que asisitía al encuentro me llevó esa misma noche hacia la compañía completa con la que tuve una reunión informal. Se encontraban al borde del colapso pero sobrevivían, varios de sus integrantes había ya emigrado a otros países y muchos tenían planes de hacerlo tan pronto como fuera posible.

Al contarme su experiencia teatral repetían continuamente textos y movimientos de su montaje de "Hacía Moscú" y de lo que llevaban ensayado (o pensaban hacer) de "El Público"; era la primera vez que escuchaba textos de Chéjov en un acento cubano y la primera vez que lo veía interpretado de esa manera; la fiesta y las carcajadas en el grupo eran libres, contínuas y ganaron toda mi confianza y mi apoyo. Era una forma de teatro imposible de imaginar en un país comunista como lo era y pretende seguir siendo Cuba. Yo estaba sorprendido pero muy curioso de concoer los detalles del camino de una compañía con estas características en ese país. Me hablaban del público que veía sus montajes, de aquellos que se salían ofendidos durante la funciones, y de aquellos que se quedaban, apoyaban, disfrutaban y los felicitaban. Fui también puesto al tanto de las dificultades de sus montajes, de ciertos boicots por parte del gobierno y teatros que les negaban espacio, pero también de sus logros, de su éxito ante el público, de su importancia, del funcionamiento de su propio espacio.

A Carlos Díaz lo ví sólo una tarde y platicamos poco, poco nos conocíamos poco nos adentrábamos en una plática profunda, sin conocer su trabajo me era imposible hacer preguntas sobre ello, así que todo aquello que hablamos giraba en generalidades y algunas bromas. Hombre amable y maduro, centrado en su congruencia por hacer teatro según su concepción; he leído que hoy por hoy (2009) su teatro es toda una institución en Cuba y su compañía es respetada a nivel internacional (1). Es cierto que prácticamente la mayoría de los actores y gente de producción que conocí de la compañía salieron de Cuba pero con la cabeza y centro del proyecto los demás siempre son prescindibles.



Nota: Las siguientes fotografías de "Segismundo, exmaqués" aparecen en diferentes páginas de internet; al parecer la fuente de estas fotos (sin saber el nombre del fotógrafo), está en el siguiente link:



Mi segundo contacto directo con el teatro cubano fue la invitación a una presentación de "Segismundo, exmarqués" por Teatro Obstáculo, un grupo de teatro que vivía y se promovía (entre los organizadores del congreso) como artaudiano y grotowskiano (2). En un caluroso medio día viajamos a una zona no muy alejada del centro de La Habana y llegamos a lo que yo definiría como un teatro-casa, una casa antigua adaptada como foro donde parece que también vivían los de la compañía. El escenario era lo que habría sido el gran salón de la casona y nosotros, el público, nos sentábamos en una pequeñas gradas alrededor de un escenario central. Las fotos que muestro a continuación las encontré en internet y no puedo asegurar la fecha en que fueron tomadas, sin embargo se asemejan bastante a la diposición que recuerdo de aquella función.


El grupo en aquél momento de mi vida me atraía de sobremanera porque su técnica de trabajo se asemejaba a aquella que estábamos aprendiendo en la compañía de Escenología a través de Jaime Soriano, quien años atrás había sido asistente de Grotowski en los Estados Unidos. Durante esa función vi todo aquello que yo aprendía con Soriano pero a lo que no le encontraba ni pies ni cabeza durante la función; recuerdo que me adormilaba aunque núnca me sentí totalmente aburrido; veía movimientos de cuerpos entrenados, disciplinados, movimientos diferentes a lo cotidiano, escuchaba sonidos diferentes, cantos de carácter religioso, exploraciones sonoras del cuerpo con la voz, todo ello en un aparente (no puedo asegurarlo) desarticulado montaje; lento y extraño espacio de tiempo donde no descubría sino aquellos mismos ejercicios que nos hacían similares pero que en nada me recordaban un encadenamiento de acciones físicas con sentido o que me llevara a una historia, era como un juego ritual sin razón. Y la hora del día, el medío día, y el calor (en Cuba no hay aire acondicionado en todas partes), y el hambre, no eran las mejores condiciones tal vez.

Al final hablé de ellos con algunos otros invitados, núnca con los actores mismos (ellos desaparecieron al terminar la función para no aparecer más), núnca supe de su director, Vìctor Varela sino hasta años después; mi experiencia no pasó a más. He leído que el grupo completo salió de Cuba a finales de los años 90 y viven y trabajan actualmente en Miami.



Fidel y "Manteca".



Mi tercera experiencia con el teatro cubano de esos días fue la representación de "Manteca", obra del dramaturgo cubano Alberto Pedro Torriente (1954-) . Debido a una justificada razón los organizadores del encuentro querían que disfrutáramos del teatro cubano del momneto pero no especialmente esta representación. Ellos habían preparado otras tres funciones especiales para el encuentro: "Segismundo, exmarqués" de Teatro Obstáculo, "La boda" de Virgilio Piñeira y "Las penas saben nadar" de A. Estorino, pero no "Manteca".


"Manteca" era una exitosa producción cubana, producción que había atraído masas de gente y que gozaba de una gran popularidad ese año. Era 1994 y Cuba se encontraba en medio de un cimplocado ambiente político y social: algunos meses antes Castro había abierto las puertas de la isla "para que se fueran todos lo que no quisieran estar en ella", decenas de miles lo hicieron y no hubo más remedio que volver a cerrar esas puertas, se realizaron algunas persecuciones y nuevas reestricciones a la vida cubana fueron impuestas. La gente no estaba feliz, había resentimiento y enojo.

Recuerdo el montaje como una farsa con ciertos tintes de crítica social. El montaje debía su enorme éxito a que entre los cubanos comúnes se leía un subtexto que relacionaba a un cochino con Fidel Castro mismo. Un cochino es escondido en un apartamento de La Habana y con el tiempo el cochino se vuelve un verdadero problema entre aquellos que saben que está ahí. Como se nos advirtió de esta especial lectura de la obra (el cochino como Fidel) antes de ver la puesta, los textos adquirieron para nosotros, los invitados extranjeros, un enorme carácter satírico y podíamos descubrir la razón de las enormes carcajadas que se escuchaban en todo momento. El simbolismo con el animal me llevó claramente a "El Pato Salvaje" de Ibsen (el cochino como el pato no aparacen núnca en escena), pero la desfachatez cubana, y el juego del argot la convertían en algo verdaderamente memorable. Vivíamos la obra que vivía el espectador dentro de su contexto, la Cuba que cerraba sus puertas una vez más después del último exodo de principios de los años 90.

Pocas veces había y he disfrutado de un público tan vivo como el de aquella noche, no recuerdo las actuaciones, que debieron haber sido más comúnes, más exteriores o menos comprometidas que los montajes de las otras dos compañías que había visto, pero seguramente eran actuaciones muy funcionales para lograr el éxito dentro de la atmósfera cultural cubana. Descubrí que los cubanos que iban al teatro tenían su catársis grupal exactamente como los griegos antiguos, y podían soltar su rabia y su dolor en una pieza cómica, en una farsa, riendo, aplaudiendo, gritando. Todos querían al cochino y todos querían robarlo, y todos querían matarlo, era intocable y era deseable. El cochino era Fidel.



Una despedida que ha durado 15 años.


No he vuelto a Cuba desde aquella visita y mis recuerdos se han transformado en una especie de mitos editados por mi imaginación; es importante este ejercicio de escribirlos para ubicar y para enfrentarme a ellos. El aniversario 50 de esa revolución y la felicidad de la que hablan su dirigentes me hicieron pensar en lo que yo viví viendo su teatro en sólo unos cuantos días que estuve ahí. Yo no recuerdo felicidad por la revolución cubana que víisité hace quince años, recuerdo una y varias caras tristes, en especial una, la de un poeta que me intercambió varios libros; en aquél viaje me hice de una buena parte de mi biblioteca de teatro en un intercambio absurdo con estudiantes y artistas cubanos, y vi la tristeza del desprenderse de piezas queridas, de valiosos objetos para lograr comer bien unos días. El poeta que me vendió la mayoría de los libros estaba enojado, pero no tenía duda en hacer lo que hacía; yo pagué por ello y me siento a gusto, sin duda también.

Al final de mi estadía organicé una fiesta con aquellos que había conocido (¡podía darme ese lujo!); gasté muy poco dinero y pude comprar lo que ellos no conseguían fácil: latas de atún, pollo, jamón, galletas, queso, refrescos, alcohól... nada especial. Aprendí en esa fiesta a disfrutar de la humanidad de los que hacían teatro en Cuba; me enseñaron a tomar café expresso, de un golpe y bien cargado; me enseñaron a beber ron con suavidad para aguantar; y por supuesto me enseñaron a bailar, solo, con pareja y en grupo. Aunque todos sudábamos y hablábamos fuerte el calor de La Habana se había vuelto soportable, incluso disfrutable. En algún instante algunos leyeron parte de sus textos, algunos otros hablaron de sus sueños. Al final, y en la saciedad de la comida y la alteración de los vasos de ron nadie pudo seguir feliz, comenzaron a hablar de aquél "cochino" y de lo odioso que era el ser identificados con él por todo el mundo, me hablaron sentidamente de la impotencia de quitarse la imagen "revolucionaria" de encima, su teatro era teatro, no era el teatro de la Cuba revolucionaria, su teatro no era Fidel. Después de varias horas de amargura, comenzaron a levantarse e irse con algunas frases en la boca ya comúnes para ellos: -" ¡Otra vez terminando con Fidel!"-, -"Todas nuestras fiestas terminan en Fidel"-, -"¡Ya me voy, sigan ustedes hablando!". Y de verdad se fueron, la mayoría salió de Cuba años después.

Con los pocos que quedamos salí a caminar al malecón, en un momento nos detuvo la policía porque creían que buscábamos turistas para explotarlos (creían que yo era cubano, como ellos), pero nos dejaron libres después de revisar nuestros papeles. Una vez solos, y en ese largo y enorme camino a orillas del mar, sonreímos con cierta amargura; miramos el mar y a la larga hilera de lámparas encendidas através de la madrugada de La Habana.

Nos sentímos libres en la soledad de ese malecón con historia, el aire nos refrescaba, el movimiento del mar era fuerte, esa noche el mar del teatro cubano se había embravecido un tanto.





(1) Pueden ver toda una reseña del actual trabajo de Carlos Díaz y de parte de sus carrera en la página: http://www.havana-cultura.com/EN/performing-art/carlos-diaz/teatro-el-publico.html#1519
(2) Víctor Varela, director de "Teatro Obstáculo". Pueden ver un ejemplo de su trabajo en: www.youtube.com/user/lujuriaenvidiosa

jueves, 8 de enero de 2009

Guadalupe Durón habla sobre un ejercicio del método de actuación de González Caballero: El Apoyo "Elemento Tierra".

Un viaje relámpago a México (y 18 horas de vuelo) me obligaron a pensar en la manera de aprovecharlo al máximo para el Blog sobre el Método de Actuación de A. González Caballero que expongo en internet desde enero de 2007 (1); así, recordé que el objetivo principal del mismo era dar testimonios de primera mano sobre la experiencia del método, y mostrarlo tal cual es y provocar de es manera una sana discusión. Las transcripciones de las grabaciones que realicé a González Caballero durante los años 80 y 90 del siglo pasado han sido el corpus real del Blog, pero ahora considero importante agregar también la voz de aquellos que ayudaron a formar ese método y que fueron preparados con él, directamente con González Caballero.

El plan entonces que se suma al proyecto del método por internet es el entrevistar a aquellos que fueron alumnos directos de González Caballero, y que en esas entrevistas narren, recuerden y revivan su experiencia como actores, hablando de los ejecricios del método, del guía, de la técnica de dirección empleada, de la técnica de estudio que percibían.

Evidentemente y por ser un amigo cercano y compañero de trabajo por varios años en mi compañía Esférica Ludens, Guadalupe Durón fue el primero de esos posibles modelos de testimonio que vino a mi mente.



Guadalupe Durón era considerado por González Caballero como su alumno, como un actor que llevaba su técnica, pero también lo consideraba un rebelde, un actor que se oponía a las reglas y a la estructura, decía que seguía su método pero que lo revolvía y que al final hacía lo que se le antojaba. Ésto extrañamanete no hablaba mal ni del método ni de la capacidad de Durón en la escena; González Caballero le daba un papel preponderante a la libertad interpretativa y creadora, y Durón era su mejor ejemplo, le encantaba la fuerza de su trabajo y su proyección en escena. Nadie negaba, ni niega que él haya sido preparado en su mayor parte en el método de González Caballero y que muchos de sus logros se deben a esa preparación. González Caballero fue su maestro en todo el tamaño de la palabra y los dos se tenían en gran estima.

He decidido iniciar esta serie de videos de la entrevista realizada a Guadalupe Durón con una descripción de un ejercicio del Apoyo "Elemento Tierra" (2). En esta parte Durón, en su personal forma de expresión, nos narra su experiencia y sensaciones durante un ejercicio que dirigió González Caballero. No puede haber un análisis de mi parte, paso directamente la grabación, es un testimonio. Creo en todo caso que sería interesante comparar la experiencia de éste actor con los ejercicios transcritos del mismo Apoyo y así hacer cada uno sus propias evaluaciones.





Transcripción de las palabras de Durón en el video:



Guadalupe Durón:

“Recuerdo también un ejercicio que se hizo sobre la tierra, pero ya era una tierra combinada, pasaba de desierto, de ésto, de lo otro, de aquello, y a mí me tocó una tierra que daba vida.
“Recuerdo su voz (la voz de González Caballero), era pausada, curiosamente neutra porque yo creo que no quería intervenir en los impulsos de los estudiantes. Su voz era,... sí nos decía cómo era la tierra, blah, blah, blah, pero en una voz neutra... Repito ha de haber sido por eso.
“Entoces cuando llegó el momento de hacer una tierra fecunda, todo mundo se tendía en tierra incluyéndome, pero la sensación de dar vida al pasto, a los árboles, a las flores, sentir la humedad de la tierra, creando y vivificando todos estos seres era maravilloso y ver como los pájaros se le acercaban. Literalmente uno, con esos impulsos se imagina mil cosas: que los pájaros, que las lombrices, que ésto que el otro...
“...Y entonces, en aquél tiempo, después de los ejercicos, se me ocurría pensar, si la tierra siente lo que yo sentí imaginativamente al convertirme en ella, ¡caray! qué amolada le estamos dando, porque toda la cubrimos de asfalto de lozas de cemento, de lo que sé que... y pues debe ser muy frustrante para ella lo que yo, ... a mí que no se me impedía ese momento de creatividad, de ser ella. Tratar de sentir como ella, dar vida como ella... Me imagino que también las mujeres al dar vida a un bebé eso han de sentir, no sé, son experinecias que núnca vivimos, pero si traslapamos esa sensación de las mujeres a un ejercicio de esta naturaleza, donde se te dice tú eres la tierra, tú das vida, en tí crece, en ti ésto en ti todo, eres fecundo, y... era tan maravilloso, y...
“...Su voz detrás: (imitando a González Caballero) -Ahora tienes flores, ahora sientes la humedad, ahora sientes calor- ...y yo le agregaba y aquí sientes un calorcito y acá y blah, blah, blah, blah... Antes de que se pusieran de, claro, de moda los microclimas, porque yo mismo incluso, todos los seres humanos somos microclimas, hay un calor en la axila, hay uno en la entrepierna, hay uno en los pies, y hay otro así, pero hacer extensiva toda esa sensación de tierra,...
“... y él con su voz ahí: (imitando a González Caballero) -Ahora pasa ésto, ahora va cruzando una serpiente sobre ti, un pájaro ha pasado a picotear en el pastito...- ... Y luego cuando ya llegaba a término el ejercicio entonces nos llevaba poco a poco hacia el final, blah, blah, blah, -¡Respiren!- blah, blah, rá, ...y aquella magia desatada se esfumaba.
“Era... se sentía uno muy gratificado por haber participado en aquél ejercicio.” (2)





(1) http://agcmetodo.blogspot.com
(2)
Se pueden ver las entradas dedicadas al Apoyo "Elemento" en este mismo Blog:
http://agcmetodo.blogspot.com/2007/02/el-origen-y-el-fin-de-todo-est-en-los.html
http://agcmetodo.blogspot.com/2007/03/ejercicio-de-exploracin-del-elemento.html

(3) Extracto de una transcripción de la entrevista realizada a Guadaulpe Durón en el Centro Histórico de la Ciudad de México el día 29 de diciembre de 2008.


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El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios: Amazon.com: http://www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-Spanish/dp/1466261919 CreateSpace: https://www.createspace.com/3677417



sábado, 3 de enero de 2009

三枝橘制作 Théâtre des trois oranges: "Ye Cao" 野草 (la función en teatro)




Sólo unas tomas editadas de la función de Ye Cao (de Luxun) en el teatro Star Live de Pekín. Pongan atención en Kang Liqi, el actor principal, creo que tiene una gran presencia en escena, me parece que su cara y su voz están llenas de fuerza.


Gustavo Thomas. Get yours at bighugelabs.com

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