"La danza del padre", mi proyecto teatral durante este 2011, se ha convertido en un trabajo de gran covertura visual asi como literaria. En esta ocasión me gustaría mostrarles, además de los dibujos que ya han acompañado los textos de la historia base (y que ya conocen), algunas de las piezas de pintura digital que he realizado durante este proceso:
La Chûte ou Le fils rêve (La caída o el hijo sueña)
De ahora en adelante publicare cada paso del proceso de trabajo de "La danza del padre", mi nuevo proyecto de montaje teatral.
El origen de este proyecto es muy simple: mis recuerdos de las acciones de mi padre alrededor de su hipocondria.
Le he llamado "La danza del padre" porque esos recuerdos regularmente vienen a mí en la forma de acciones físicas y vocales que con el tiempo han sido editadas en mi mente, como si fueran parte de una coreografía creada en mi interior.
Adoro la idea del proceso de la puesta en escena; y soy consciente del dolor que este proyecto puede traer a mi vida, pero mucho más del placer artístico que puede obtener de él, así que considero justo el trato.
Tengo también claro que mi último proyecto (Asilo-Asylum) no llegó a realizarse, entre otras cosas porque dependía totalmente de la participación de otros; "La danza de padre", en cambio, depende sólo de mi participación y creatividad.
Entre aquellos video documentos que he podido rescatar de mi propio olvido (quiero decir, en formato VHS dentro de mi biblioteca), está la primera representación de "Inhalaciones", en julio de 2000, en el Foro Contigo América de la ciudad de México.
Fue un trabajo experimental en toda la extensión de la palabra; el grupo estaba creciendo en todos los sentidos y habíamos encontrado un camino de crecimiento educativo a través de la asimilación del método de actuación de González Caballero y la técnica de acciones físicas. Todo fue creado durante el proceso creativo, y eso era lo común en ese momento de Esférica Ludens: personajes, texto, escenografia, video, etc. Era un nivel muy básico de nuestra exploración pero yo era un tanto ambicioso en lo que exigía de ellos, sólo Guadalupe Durón había tenido más de un año con estas técnicas, él había sido mi colega dentro del taller de Antonio González Caballero desde 1986.
No estaba muy contento con el texto que escribí pero funcionaba para aquél entretejido tan complejo que eran las imagenes reales y en video que había decidido exponer. Ahora mismo trabajo en una nueva versión del mismo texto mucho más enfocado en el tema principal, la respiración, una versión 10 años después sí, sin más proceso creativo dirigido a montarse en un futuro próximo, más en el estado creativo de un dramaturgo casero de 42 años.
Pueden encontrar la información base del montaje y una singular crítica sobre él en otra entrada de este mismo Blog:
El video fue digitalizado de un VHS así que la calidad del material es muy mala; la cámara estaba situada en la segunda fila de asientos, van a tener que pelearse con la cabeza y los brazos del energético espectador que estaba al frente, además de soportar un muy molesto sonido del ring de un celular que permaneció sonando durante todo lo largo de la presentación; por otro lado, el ángulo de la cámara no permite ver una muy importante parte del espacio, la tina, que se debería estar al lado derecho de la pantalla. Tengo muy claro que no es la mejor manera de invitarlos a ver el video pero debía de ser claro, es un documento y está como está; era mi deber publicarlo en la red no sólo porque es parte de un momento de mi vida creativa si no de la vida creativa de al menos 6 personas más. Aún así creo que ustedes encontraran un interesante juego visual y en momentos un intrigante juego corporal, especialmente por parte del trabajo de Guadalupe Durón. Espero lo disfruten y encuentren otras cosas valiosas que se salven.
La representación está partida en 8 videos, cada uno de 10 minutos, y los publico en listas de reproducción en Youtube y en Vimeo, así que ustedes pueden escoger el sitio que quieran para verlo.
Función de estreno de La Cura en diciembre de 1997 en el foro Luces de Bohemia, en la ciudad de México. Esta fue una función especial y no formó parte de una temporada (que se dió hasta julio del año siguiente). El nombre del montaje en aquél momento fue La Cura/The Cure, y terminó llamándose solamente La Cura.
Ya he escrito sobre este montaje en mi entrada del 3 de marzo de 2007 y el texto (en una versión muy posterior) lo expuse en mi entrada del 24 de diciembre de 2008.
Es curioso que este documento sea uno de los pocos en que aparece (al final, en los agradecimientos) el director José Enrique Gorlero quien participó como escenógrafo e iluminador en el montaje. José Enrique murió en mayo de 2008, sólo 5 meses después de esta función.
Es una serie de videos (9 videos, 75 minutos) que digitalizé de un video VHS tomado desde un punto fijo dentro del teatro, así que la calidad de la imagen y del sonido es muy baja. Mirarlo implica un esfuerzo extra lo sé, y pido disculpas por ello, pero mi interés principal estaba en tener el video expuesto en la red (estuviese como estuviese) ya que es el único documento audiovisual de esa etapa de mi trabajo.
Producción de Esférica Ludens, Compañía de Arte Representacional.
Estreno: domingo 18 de agosto de 2002, durante el festival Caravana de Ecatepec, en el Estado de México, México.
Sobre el montaje
“Oscuridad” fue el cuarto montaje de Esférica Ludens y el más acabado, como un resultado de la exploración de técnicas que Esférica realizaba de cuatro años atrás.
Esférica Ludens había creado cuatro montajes: Letanía(1998), Tríptico Telefónico (1999), Inhalaciones(2000) y Entremeses Cervantinos (2001). En cada uno de aquellos montajes se había visto una evolución en línea directa de la manera de abordar el teatro y el uso de la pedagogía del actor, cada espectáculo de Esférica era un escalón en el aprendizaje de la compañía.
Montaje por montaje se avanzaba en la exploración y en el “uso” de las técnicas de actuación escogidas por el director: desde la creación de personajes del Método de Apoyos al actor de Antonio González Caballero, la creación de movimientos a partir del encadenamiento de acciones de la Técnica de Acciones físicas de Stanislavski, y los principios físicos de la Antropología Teatral de la ISTA (International School of Theatre Anthropology).
Los diálogos eran elaborados partiendo inicialmente de piezas dramáticas conocidas y alterados durante el proceso de creación de cada montaje.
Así “Oscuridad” avanza en este mismo sentido de aprendizaje; es un montaje basado en el trabajo de actor.
El tema fue elaborado a partir de la lectura de “Le Misanthrope” de Molière y “Les liasons danguereuses” de Laclos. Los actores crearon entonces una serie de acciones físicas (alrededor de 500 acciones); el dramaturgo en el proceso fue descubriendo las palabras que surgían de lo que veía (un texto de casi 5000 palabras); y el director combinó las acciones y las palabras, las fundió en una puesta de 80 minutos.
La obra sucede en un mismo espacio de tiempo y lugar siguiendo a Aristóteles y sus principios de creación dramática. No hay escenografía como tal (una silla y una pequeña mesa), ni se usa iluminación eléctrica, sólo la oscuridad y dos candelabros. Estamos situados en 1612 dentro de un sótano en el Palacio de Versalles, pero sus personajes son actuales, viven problemas actuales, y sin embargo se toman prestados de las obras de Molière y Laclos.
Como una pieza de teatro más allá de la modernidad es también ecléctica: combina estilos y formas (tanto clásicas como de vanguardia), sin tiempo ni espacio definido, aún cuando se sitúe en un tiempo y un espacio en la anécdota de la escena.
“Oscuridad” fue el cuarto trabajo de Esférica Ludens en esta exploración que debía ser de seis montajes. Le seguirían “Invocación” (montaje interrumpido durante el proceso de creación) y “Misterio” (núnca realizado).
Letanía, espectáculo sintético de voz y movimiento en dos partes en conmemoración a la masacre de Tlaltelolco en 1968, formó parte del proyecto que Esférica Ludens, (en ese momento llamada "Roma Teatro..." ) denominó Arte Representacional, una combinación multimedia de Teatro, Movimiento corporal, Música y Video en torno a un tema determinado; en este caso, una visión posmoderna de los sucesos sangrientos de 1968.
Ficha de la obra: LETANIA, espectáculo sintético de voz y movimiento en dos partes en conmemoración a la masacre de Tlaltelolco en 1968.
Autor y director: Gustavo Thomas
Actúan: Guadalupe Durón, Antonio Ordaz, integrantes de Esférica Ludens.
Lugar: Ateneo Español de México (Isabel la Católica 97 esq. San Jerónimo, Centro) Cupo limitado a 40 personas.
Estreno: Viernes 1 y sábado 2 de octubre de 1998.
Temporada: octubre de 1999.
Funciones: sábados 20:00 hrs y domingos 19:00 hrs
Donativo: $50.00 (50% a estudiantes, maestros e INSEN, con credencial)
Duración aproximada: 50 minutos.
Video (Slideshow del montaje):
Narración del montaje.
Afuera del espacio, lectura, por un encapuchado, de un poema de Mayakowski. El público entra al espacio totalmente oscuro, se alumbra con lámparas de mano. Pareciera surgir una luz ténue que apenas deja percibir la escena. Oímos el canto de Meredith Monk, mientras dos muchachos pintan un grafiti en la pared. El grafiti habla de la matanza de Tlaltelolco. La luz se va perdiendo. La noche y su dificultad para pintar. Ellos prenden un encendedor para alumbrarse. Continúan su tarea. El encendedor se apaga. En la oscuridad una potente luz llega a ellos. Se ven sorprendidos. Recogen sus cosas. Salen corriendo. La luz los persigue como ráfagas de metralletas hacia aviones enemigos. La luz viene de la lámpara del ex-soldado. Va vendado de una pierna y casi rapado. Se acerca al lugar del grafiti. Lo mira. Grita. El canto de Meredith Monk se detiene. Silencio. El ex-soldado expone sus temores, su despecho por el olvido del ejercito, no entiende las recriminaciones de los que recuerdan mal el momento de la masacre. Se justifica, repite palabras de generales, de ex-presidentes. Se propone inventar una letanía para ser liberado de toda culpa. Oscuro. Entra la pieza de música Letanía de Arvo Pärt. El doliente se mueve en el piso. Lentamente se va levantando. Sale la virgen grande, imponente. Aparece el ex-soldado debajo de las faldas de la virgen, está sentado sobre una televisión. El doliente se va quitando cintas que le torturan la piel, nos presentan consignas populares del movimiento del 68. El ex-soldado dice su Letanía mientras el doliente expone la masacre en su cuerpo. Por la cabeza del ex-soldado cae sangre, escurre por su cuerpo, por la televisión y llega al piso, encharcándose. Levanta la mano enguantada. El doliente cae al piso entre estertores hasta quedar quieto. En la televisión aparece el video de la matanza. El ex-soldado se quita el guante blanco y lo tira sobre la sangre. El video de la televisión hace fade. La oscuridad llega. La música de la pieza Letanía continúa hasta el final.
Boceto para el modelo de la Virgen mecanizada que entra a escena:
Comentario al montaje por Felipe Galván, dramaturgo, guionista e investigador teatral:
“LETANIA, horizonte postsesentaiochero
Después de presentar la "Antología teatro del 68", esférica Ludens me reinvitó a ver su ultima producción, era febrero del 99 y ellos me habían invitado a su estreno el 2 de octubre del año próximo pasado. Obviamente, por obra y gracia de mi particpicaión en la marcha de los treinta años, me fue imposible asistir en aquella pcasión a presenciar la obra escrita y dirigida por Gustavo Thomas. En el mes de febrero a la segunda invitación se sumó el interés por ver a este interesante y joven equipo de trabajo, lo segundo por la edad, que no por el nivel de trabajo, puesto que en anteriores propuestas de ellos había observado una profunda y trascendente madurez. Es claro que quien los conduce, el mismo Thomas, tiene una perfecta claridad del quehacer estético y del camino hacia su concresión. Letanía es el nombre al que responde la propuesta que nos ocupa, en ella el nivel verbal se recarga en las reflexiones de un exsoldado (Guadalupe Durón) que participó en la masacre; el nivel corporal, una constante de alto grado de riqueza en el trabajo grupal, se recarga en la interpretación del sufriente (Antonio Ordaz) de la masacre misma. Alrededor de ellos como elementos cohesionantes de esos dos mundos que se muestran, la conciencia del soldado y el dolor del sufriente, los grafiteros. El espectáculo pareciera desarrollarse en dos partes, una centrada en el exsoldado y la otra en el doliente, pero la intertextualidad es lo suficientemente fuerte como para mostralo en unidad. ¿Qué es más fuerte? La conciencia de un peón que confiesa en el distanciamiento ideológico-moral-insensible o el dolor de lo que pese a estar bajo tierra se impregnó en el recuerdo y la historia de un país? Pregunta clave para desmenuzar la estructura dramatúrgica. Tal vez haya que responder que Letanía, estructuralmente, es una interpretación melódica en dos movimientos. Lo interesante es qué pasa con el espectador por estas dos partes encabalgadas en el escenario. Sin lugar a dudas el trabajo conmueve, impacta y lleva a la conmiseración, el efecto acumulado por esto propicia la catársis; la propuesta produce un efecto aristotélicamente tipificado. Es un teatro hecho en la posmodernidad con la sabiduría del clasismo; una visión distinta de jóvenes no implicados en el movimiento, un ejemplo que, como en lña novela de la revolución mexicana, nos dice que el arte responde a hechos con propuestas posteriores y a veces alejadas de los participantes humanos, geográficos y temporales. En resumen, esta propuesta me confirma lo escrito en la introducción a la "Antología del 68", la temática es universalmente mexicana y da para más, y sobre todo confirma lo de que "toda antología es injusta". En el caso de la recién realizada por mi, confieso que creo que tiene una gran carencia, la inclusión de Letanía.
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