Angkor, antes de mi visita en Junio de 2007, era para mí una serie de templos antiguos de gran valía considerados parte de las maravillas de la humanidad (con todo el cliché que eso significa), y eso es… en parte. Lo que no poseía en mí al llegar ahí, era la clara idea de que Angkor fue el asiento durante cientos de años de un imperio grandioso, los Khmer, toda una cultura que envolvió con su influencia la mayor parte del sudeste asiático. Como tal, poseía sus propios ritos, sus dioses (aún cuando fueran basados en el hinduísmo y después en el budismo), su propia urbanística, su arquitectura y artes escénicas.
Las artes representacionales Khmer eran una fuente maravillosa de fantasía y “codificación” técnica, como se logra percibir en cada uno de los tallados en piedra que describen danzas y fiestas.
Angkor no solo eran templos, era una inmensa ciudad donde se cree pudieron vivir en el momento de su apogeo hasta 2 millones de personas. En esa ciudad había espectáculos y uno de ellos era el circo. La antigua ciudad de Angkor poseía su Arena de circo, más parecida a lo que conocemos como circo romano: una gigantesca superficie de tierra rodeada en parte por espacio para los espectadores y en parte por torres y módulos para los eventos. Se cree que el circo de los Khmer consistía de juegos con animales, juglares, acróbatas, trapecistas y equilibristas, así como ilusionistas, magos y traga-espadas, además de representaciones vivas de caza y guerra.
La simple idea de darle vida a esas imágenes que se describían frente a mí en los relieves del “muro de los elefantes” (como se llama a la gran pared del siglo XII, que soportaba la zona de espectadores y la terraza del rey (1)) me hacía temblar de emoción. Un mundo disfrutaba y soñaba en ese lugar, se divertía y vivía. Hoy sólo quedan esas imágenes en piedra y parte del espacio donde se daba vida a esos espectáculos.
El video muestra solo un parte de lo que escribo ahora. Uno debe hacer lo suyo, pausarlo acaso y revisar los tallados, reconocer en ellos a los acróbatas, a los bailarines, a los pugilistas, las escenas de guerra “actuadas”; ver entre una y otra torre a los equilibristas caminando sobre esas cuerdas y todo un publico asombrado, nervioso, emocionado.
(1) Éste y otros muros del mimso Circo llegan a tener una longitud conjunta de hasta 350 metros, totalmente tallados con imágenes. En el video sólo aparecen las imágenes referentes a las artes escénicas, no así las religiosas que son un porcentaje considerable de las paredes.
En mi viaje por Camboya (Julio de 2007), y visitando la zona de Angkor, pude ver en un restaurante de la pequeña ciudad de Siem Reap un grupo de danzas teatro tradicionales Khmer, actuadas por bailarines muy jóvenes (adolescentes diría yo).
Es remarcable la gran similitud de estas danzas camboyanas con aquellas que se bailan tanto en Tailandia como en Laos o en Myanmar. Y es que al parecer el origen de todas ellas es único, la antigua cultura de la India, y en especial el hinduísmo con su épica del Ramayana, una fuente enorme de historias y motivos para todo el arte en el sudeste asiático.
Aún con su inmadurez como artistas, estos jóvenes se presentan a los ojos actuales como verdaderos promotores de la artes tradicionales de su región, fuera de los eventos institucionales y grandiosos que se dan en la capital del país, Phnom Pen. Después de la casi total destrucción de todas las actividades culturales de Camboya durante la era del Khmer Rouge, los esfuerzos por retomar las artes tradicionales se han dado principalmente en la capital, donde se concentran los pocos artistas y maestros que quedan, pero poco a poco, los alumnos "regresan" a sus regiones y re-comienzan a darles vida culturalmente, aún cuando sea como en este caso en restaurantes para turistas.
Me gustaría que notaran al ver el video de esta presentación cómo los bailarines tratan de respetar los movimientos de su danza, totalmente codificados, además de la hermosa música y el momento del canto.
Este es un video que muestra cómo niños camboyanos manejan las marionetas del teatro de sombras, en la representación que vi en el restaurante La Noria, en Siem Reap, Camboya.
La entrada del miércoles 27 de junio de 2007 tiene toda la información sobre ello.
Al día siguiente de mi visita a la tienda de marionetas cerca de Angkor fui al restaurante La Noria a ver una representación de teatro de sombras (1). Era el único espectáculo anunciado esos días en Siem Reap así que no podía perder la oportunidad de verlo.
Como es ya mi costumbre estaba un tanto emocionado con la idea de “experimentar” otro tipo de arte representacional asiático, y en una región donde “otra revolución” (como en China en los años 60) destruyó o casi borró toda forma de cultura. Es verdad que en Phnom Pen, la capital, se han hecho mucho esfuerzos para revivir la cultura tradicional de Camboya, pero como me iba a ser imposible ir hasta allá pensé que un grupo de la provincia sería si no fantástico al menos interesante de ver, tratando de preservar las formas tradicionales de trabajar las marionetas. Y sí, había un grupo buscando hacerlo sólo que en un nivel muy básico aún, y no por ser su trabajo de mala calidad, simplemente era básico porque aún son muy pequeños, las marionetas están manejadas por niños.
Una organización francesa cuida de decenas de niños camboyanos y entre muchas otras cosas les enseñan un poco de las artes tradicionales de su propio país. Y los niños lo están haciendo bien, trabajan duro en ello y dan funciones al menos una vez por semana; con todo, el resultado es aún muy inmaduro, sin embargo la función resultó por demás interesante (¡vamos, estaba en Camboya!); y debo hacer notar que los músicos (de diferentes edades, incluyendo niños, y ancianos) tenían una mayor calidad, eso ayudó a hacer muy disfrutable esa noche; algunos cantos tradicionales era también remarcablemente hermosos, creo yo.
Ante mis oídos ignorantes de la lengua de Camboya, muchos de los textos me parecían llenos de ritmo e incluso con musicalidad; quien sabe notará la realidad.
Esa noche tres obras formaban parte de la función de marionetas (había además danzas y música): “La pelea de los dos monos”, “La pelea de los búfalos y la apuesta prohibida” y “El rapto de Sita”. Tomé video de las tres obras (cada una de unos 10 minutos de duración) y transcribo en traducción mía la anécdota que proveía el restaurante a los espectadores.
La pelea de los dos monos (video)
“Esta es la historia de un mono blanco y uno negro. La historia tiene lugar en un pequeño pueblo donde un mono negro era conocido por ser un ladrón y comerse la cocecha que la gente del pueblo había gastado tanto tiempo en cultivar. El mono blanco comienza a sentirse molesto por la mala conducta del mono negro y decide hablar con él, explicándole las razones del porque no debe de actuar de esa manera. El mono negro no le da importancia a la palabras del mono blanco y hace oidos sordos. Los monos comienzan a pelear y los hacen por espacio de varios días. Un día, una anciana pasa por el lugar donde los monos pelean, no le gusta lo que pasa y los lleva con los monjes quienes son los únicos que pueden halar el lenguaje de los monos. Después de una larga discusión, el mono negro cede y acepta que su conducta era errónea y se disculpa con el mono blanco. Los dos regresan al pueblo y el mono negro nunca vuelve a robar ni a comerse la cocecha, e incluso ayuda a la gente del pueblo con los deberes diarios.”
La pelea de los búfalos y la apuesta prohibida (video)
“Un hombre (representado en la obra por un pájaro de enorme pico), regresa con su búfalo de un árduo día de trabajo en los campos, se cruza con una jóven mujer que va en la dirección contraria y que también posee un búfalo. Al ver el búfalo del hombre la joven mujer propone poner a pelear los búfalos y apostar al ganador: el que pierda dará dinero al dueño del vencedor. Durante la pelea uno de los búfalos muere y el otro escapa del lugar. El hombre, quien era el dueño del búfalo muerto, se enoja verdaderamente y exige a la mujer que le de otro. La mujer no quiere darle nada pues ella también perdió su bufalo al haberse escapado. En medio de la árida discusión llega un policía que quiere saber lo que está sucediendo; ellos comienzan a explicar todo, pero olvidan que la apuestas son ilegales en Camboya, así que el policía al oir las razones de la discusión los arresta. Los dos al final perdieron.”
El rapto de Sita (un extracto del Ramayana) (video)
“El rey Rama camina por el bosque con su esposa Sita y su hermano. Deciden tomar un descanso después de un largo día; el cansancio los lleva a caer profundamente dormidos. Ravana, rey de los gigantes, enamorado de Sita está dispuesto a hacer todo lo posible por poseerla. Inteligentemente, y para llamar la atención de los hombres, al fin cazadores, se transforma en un venado y los aleja; una vez que dejan a Sita sola, se acerca transformado en un anciano que gana su confianza y finalmente la rapta llevándosela a su mundo.”
Esta entrada no tiene nada que ver con teatro o artes representacionales pero sí mucho que ver con la experiencia que quiero compartir de mi viaje por Camboya: un grupo de hombres muy jóvenes, monjes budistas, que se acercan a nadar en las cataratas del monte Kulen (Phnom Kulen), cerca de Angkor.
Pues por fin pude visitar la maravillosa ciudad de Angkor en Camboya; después de mi viaje a Singapur y con varias entradas por hacer de los espectáculos que vi allí, me decido por publicar esta de mi vista a una pequeña tienda que vende marionetas para teatro de sombras.
Una organización alemana llamada House of Peace congrega a un grupo de artesanos camboyanos de la región de Siem reap, donde se sitúa Angkor, y promueve la manufactura de estas marionetas tradicionales y por supuesto su venta.
La llegada al lugar no fue nada fácil; ni siquiera el guía sabía dónde se encontraba, pero con un poco de insistencia llegamos a una humilde casa ubicada dentro del terreno de un templo en las afueras de la ciudad. A la entrada el letrero de la organización, y dos pequeñas estátuas de leones a los lados de la puerta, totalmente abierta; dentro se veía una mujer recostada durmiendo sobre el suelo y un gato junto a ella, durmiendo también. Apenas llegamos la mujer se despertó (no así el gato que permaneció dormido todo el tiempo que estuvimos ahí), y sonriendo nos mostró todo, muy amable, y haciendo algunos comentarios que el guía traducía. Através de eso supimos los costos de cada parte, para qué servían, a qué personajes representaban (la mayoría forman parte de historias religiosas de origen hindú), y que de esa tienda el grupo de La Noria, el restaurante que ofrece las únicas funciones de teatro de sombras en Siem Reap, compró su material de trabajo.
Las fotos y el video son bastante claros para mostrar lo que fue esta pequeña visita; son muy disfrutables creo yo. Todas las figuras están hechas de piel de animales, especialmente de piel de vaca y con mínimas partes coloreadas especialmente con negro que delinea la figura. Se manejan con simples varas largas, generalmente tres varas: una para sostener todo el cuerpo y dos más que le dan movilidad a los brazos. La belleza de estas figuras es verdaderamente grande, y su delicadeza se descubre en el momento en que se ponen detrás de la tela, que aún en el día puede percibirse perfectamente.
La función de teatro de sombras será mañana, y espero tomar nota (léase video y fotos) de todo ello.
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