lunes, 30 de marzo de 2009

Entrevista a Guadalupe Durón: Un ejercicio del Elemento Aire y la transformación en el actor.


Guadalupe Durón (México, D.F. Dic. 2008)


Tercera parte de la entrevista que realicé a Guadaupe Durón en el Centro Histórico de la Ciudad de México el 28 de diciembre de 2008 (Ver introducción a la entrevista en la entrada del 1/09/2009).

No expongo mis preguntas, que simplemente son invitaciones a hablar sobre el método de actuación y su experiencia con él o con la enseñanza de Antonio González Caballero, prefiero exponer sólo las palabras del actor. Considero estas palabras como un testimonio y por lo tanto un documento en bruto, por eso mismo, no edito el video ni busco darle coherencia. Más allá del discurso coloquial o de la singularidad de la gramática personal del habla de Durón está su experiencia personal como actor, y en el remolino de frases aparecen lo que considero "claves" para la comprensión del método.

Durón vuelve, con su peculiar estilo de contar sus experiencias, a sus recuerdos de los ejercicios con los "Elementos" dentro del taller de González Caballero. El Apoyo "Elemento" es uno de los principales o básicos Apoyos dentro del método de actuación. Esta vez, nos habla de su experiencia durante un ejercicio con el Elemento Aire, en su aspecto básico.



Transcripción de las palabras de Guadalupe Durón


"Recuerdo sobre sus ejercicios (en referencia a González Caballero) uno que me fue muy criticado porque a mí me fascinaba mucho, porque era sobre un elemento que a mí me gusta mucho, el aire, ...porque es muy volátil, porque aunque encuentre un muro sube o baja y se dispersa a los lados, y quien sabe qué.
"Entonces el guiaba,... primero nos ponía: -”A ver, concéntrense”-, blah, blah blah blah. Y luego nos empezaba a alimentar: -”A ver, vamos a hacer este elemento”- ¡Claro!, en aquél tiempo eran..., como éramos principiantes, pues eran elementos puros (básicos), luego ya se mezclan, y blah blah blah.

"Entonces, eh, esa vez, me acuerdo que nos dió el
(elemento) Aire. (Ríe) Y entonces se dió algo muy curioso, yo me empecé a sentir muy ágil; sí, y no sé cómo, no me pregunten. Anduve desplazándome por todo el lugar, porque... Era una casa antigua donde hacíamos los ejercicios, -porque tuvimos varias sedes, blah, blah, blah. Y esa vez me tocó en una casa que era vieja, de los 20s o 30s quizá.- Y entonces había una escalera muy grande, -bueno, grande en base a las que se hacen ahora-.

"Entonces, recuerdo que empecé a sentirme ligero, ligero, ligero, y el maestro: -”A ver, el viento ahora está en el desierto; a ver, ahora el viento está en la montaña; a ver, ahora el viento está en un campo, en un llano,... Ahora está así y asá.”- Entonces iba uno repondiendo a esos impulsos
(indicaciones) que él le daba a uno, de tal manera que yo terminé enloquecido después, y no sé,... Había una columnita en la base de la escalera, muy pequeña, como de unos 30 centímetros, y no se qué. Para seguir por el barandal entonces..., no me pregunten cómo pero de repente yo estaba... como ya no tenía..., Estas escaleras, ¿cómo se llama?, (estas) columnitas solían tener una lámpara, una figura esculpida ahí encima, y aquí no había. Pues yo terminé en esos treinta centímetros, parado, haciéndola de estatuita, y me sentía maravillosamente.

"Después...
(Ríe) este..., me divertía mucho porque decían: -"Ah, ah, ah, ¡eso es lo que haces siempre! Tú quieres ser muy volatil, tú quien sabe que...”- Pero no, la volatilidad personal es una, o sea, sí, yo puedo, yo que sé, caminar o correr o sentirme o hacer, pero yo, ¡yo! Cuando le dan a propósito un elemento que debe trabajar, entonces no. La posición del cuerpo cambia, la mente cambia, hace uno cosas que... Como eso de la columnita, o sea, yo ¿cuándo? Yo siempre he padecido de (mal) equilibrio, o sea yo no puedo estar como juegan los niñitos, en los rieles de los ferrocarriles o en las orillitas de los... de los tabiques. Yo siempre he sido muy torpe para eso; y yo me preguntaba: (sonríe) -“¿cómo rayos llegué a estos treinta centímetros y no me caí, si tengo un pésimo equlibro?”- Ahora dicen que eso de tener un pésimo equilibro en escena es fantástico, como puedes hacer lo que se te de la gana.

"Pero yo sí me asombraba de haber terminado en ese espacio tan pequeño y no caerme, ¿por qué? Porque la cualidad del elemento, cualquiera que ellos sean, el fuego, la tierra, el aire, el agua,... estimula la imaginación y uno es otra cosa; no es... eh... ¡lo que uno es normalmente!, ¡cambia!, por el poder de la imaginación, o sea, porque es un estímulo que si bien estamos formados por todos los elementos, cuando predomina uno entonces uno se vuelve otro. Eso es, así de simple."


*


El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios: Amazon.com: http://www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-Spanish/dp/1466261919 CreateSpace: https://www.createspace.com/3677417



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