Hace unas semanas recibí el agradable correo electrónico de una alumna de Antonio González Caballero, Lis Valadez, quien actualmente trabaja como directora de teatro y maestra de actuación en la ciudad de León, Guanajuato, México. Lis es una devota del método de actuación de González Caballero y en su correo expresaba interés en conjuntar esfuerzos conmigo para recabar material de todo tipo alrededor del trabajo de nuestro maestro en común.
Una de las mejores sorpresas de este contacto con Lis fue el saber que ella poseía algunas fotografías (y otros documentos) de aquél mural que González Caballero había pintado en el comedor de su casa de la calle de Pino Suárez en el Centro Histórico de la ciudad de México, mural que al parecer fue destruido por el dueño del edificio en venganza por el retraso que González Caballero le provocó en el desalojo de su edificio. Lis además posee una fotografía que tomó de González Caballero pintando en la casa de la calle de 20 de Noviembre, también en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Las cuatro fotos que muestro en esta entrada del Blog tienen historias que Lis Valades nos comparte con un agradable sabor del buen recuerdo, entre estas historias podemos encontrar someras descripciones de algunos ejercicios del taller del método de actuación en casa de González Caballero.
González Caballero pintando…
Lis Valadez:
“La foto que aquí te mando es producto de una sesión fotográfica pedida por el mismo Maestro. Yo, a la par de estudiar Teatro estudié fotografía; el vió mi material y quiso que lo retratara al igual que lo hice en su depa de Pino Suárez con sus murales para guardarlos antes de su destrucción. En la sesión se puso muy inquieto y nervioso por tener la camara en frente entonces se paró y dijo: -“Esperame un poco niñita"-... se fué al cuarto (en la casa de 20 de noviembre) y regreso con acuarelas, papel y agua, se sentó y dijo: -"Ahora sí, mientras me tomas fotos yo te pinto"-... y así comenzamos la sesión. He tratado de encontrar ese dibujo mío pero no hay ni rastro de él.... sólo en esta foto, que con mucho cariño ahora te comparto.”
“Cuando se trata de lo que viví al lado del maestro, es dificil detener el torrente de recuerdos desbordados que llegan a mi corazón, bendigo el día que toqué a su puerta y lo ví con sus pantuflas de garritas, su bata y su cazuela en la mano con unos huevos estrellados, ya que ese día fue el inicio de mi nueva vida y de una linda amistad que me unió a él en la cual me abrió no sólo las puertas al conocimiento si no también las puertas de su corazón.”
El Mural de Pino Suárez 36
Este mural era una muestra de lo que se llama "Escuela mexicana de pintura" y que sigue la línea de los muralistas mexicanos de los años 30: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, como los más representativos. González Caballero antes de ser dramaturgo era pintor, daba clases de pintura e incluso usaba una técnica de enseñanza propia. Tenía cierto orgullo de contar un encuentro con Diego Rivera cuando este último fue a visitar una exposición del entonces muy joven González Caballero; Rivera le escribió un elogio y González Caballero lo mostraba en algunas ocasiones.
Las pinturas de las fotos eran parte de un mural de 4 paredes en un cuarto de unos 6 x 6 metros mostrando escenas de jóvenes campesinos recolectando comida o dispuestos a compartirla entre ellos. De colores vivos y con personajes muy ligados a aquellos que acostumbramos ver en esa escuela mexicana de pintura, el mural imbuía de un ambiente muy especial el cuarto comedor con muebles de estilo Artdeco.
A todos y cada uno que visitaban su casa le sorprendía aquél cuarto, y a nosotros sus alumnos simplemente nos maravillaba su existencia y se convertía en parte de la escenografía mítica que envolvía a nuestro maestro. Ahí González Caballero nos leía sus piezas nuevas, sus cuentos o sus novelas, ahí también revísabamos su archivo (había un archivero de oficina en el cuarto) y nos daba clases. Ahí yo leí algunas de mis primeras piezas, y ahí, lo recuerdo también, maté un pequeño ratón por descuido, simplemente lo pisé caminando hacia atrás mientras miraba los detalles del mural cerca del techo.
Las pinturas de las fotos eran parte de un mural de 4 paredes en un cuarto de unos 6 x 6 metros mostrando escenas de jóvenes campesinos recolectando comida o dispuestos a compartirla entre ellos. De colores vivos y con personajes muy ligados a aquellos que acostumbramos ver en esa escuela mexicana de pintura, el mural imbuía de un ambiente muy especial el cuarto comedor con muebles de estilo Artdeco.
A todos y cada uno que visitaban su casa le sorprendía aquél cuarto, y a nosotros sus alumnos simplemente nos maravillaba su existencia y se convertía en parte de la escenografía mítica que envolvía a nuestro maestro. Ahí González Caballero nos leía sus piezas nuevas, sus cuentos o sus novelas, ahí también revísabamos su archivo (había un archivero de oficina en el cuarto) y nos daba clases. Ahí yo leí algunas de mis primeras piezas, y ahí, lo recuerdo también, maté un pequeño ratón por descuido, simplemente lo pisé caminando hacia atrás mientras miraba los detalles del mural cerca del techo.
Lis Valadez:
“Ambas son de los murales de Pino Suárez... Inmediatamente me vino a la mente el cuarto con la duela totalmente apolillada, parecía como si entrara a un lugar que existió hace mucho tiempo....
“Recordé también las veces que nos escurríamos por su depa para poder meter el Elemento... a mí en particular me gustaba meterme a la cocina... pero aveces me metía en alguno de los cuartos de la entrada donde estaban los murales... siempre obscuros... en penumbras... que como fantasmas ancestrales me contemplaban. Era un cuarto frío. Y recuerdo bien que a un personaje que hice una vez, un niño de cinco años,.... le aterró.... y lloró y salió corriendo pensando que era un calabozo resguardado por gigantes..........” (1)
Lis:
"Al enviar revelar unos de los negativos que tenía guardados, mismo que mandé revelar en su totalidad, me sorprendió ver una imagen que no recordaba tener, es la foto del maestro junto a uno de los murales de la casa de Pino Suárez. Sentí un vuelco en el corazón. !No recordaba haberla tomado! Y qué genial que quiso aparecer para este propósito. El incosnciente hace que olvidemos momentos vividos, para luego sorprendernos e iluminar nuestra vida..."
En uno de los correos que me envió Lis se despide en el mismo tono que sus anteriores comentarios:
“La magia nos rodea como bien dices en tu última entrega del método... y al menos para mí era como ingresar en otro mundo desde que gritábamos en la ventana por la llave. El ingresar por esas obscurísimas escaleras,.... un laberinto interno donde hacia frio y sabíamos que había una luz al final del túnel... Y esa luz era la sabiduría que nos deleitaba cada vez, una vez en una mecedora, otra en la cama con colcha rosa tejida... ¿Dónde me sentaré hoy? ¿Junto al ropero con
espejo o en la sillita pequeña que parece de los enanitos de blanca nieves... ?”
(1) El ejercico del que habla Lis debió ser realizado en uno los talleres de actuación que González Caballero daba en su casa; todo éramos libres de trabajar por toda la casa y usar los objetos que había en ella. El ejercicio pertenece a la exploración de personajes con el Apoyo Elemento. Para mayor información sobre este apoyo dentro del método ir al link: http://agcmetodo.blogspot.com/2007/02/el-origen-y-el-fin-de-todo-est-en-los.html
El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios:
Amazon.com: http://www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-Spanish/dp/1466261919
CreateSpace: https://www.createspace.com/3677417
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