He visto bailar tap en varias ocasiones en mi vida, la mayoría de las veces en films, algunas otras en vivo, como espectador o como parte de alguna obra musical en la que participaba; aun cuando nunca lo he bailado disfruto mucho ver bailar tap, y en algunas ocasiones especiales (hablaré de esas ocasiones más adelante) he podido sentir la libertad que proviene del bailarín con ese remarcable sonido y ese temblor en el suelo que provocan los movimientos de los pies cuando, digámolo así, se baila bien, y en la calle.
Con el tiempo, estudiando sobre técnicas de actuación y en búsqueda de diferentes tipos de lenguaje corporal sobre la escena he debido detenerme un poco una vez que un baile de tap se cruzaba de nuevo en mi vida, entonces pensar más profundamente sobre esa extraña sensación que siempre me ha dado cuando se baila maravillosamente, una sensación que sólo me la ha dado el Jazz, una sensación de libertad y belleza al momento de la interpretación.
Se puede hablar, tener un diálogo o cantar en grupo mediante un baile de tap, y eso es absolutamente maravilloso.
Pero, ¿cómo lo realizan? ... No tengo ni idea; es un misterio para mí.
Aficionado de flamenco cantando en el Teatro La Zaranda, Jeréz de la Frontera, España. 1993.
Como el flamenco o las danzas irlandesas lo hacen, el tap mueve al espectador haciendo latir el corazón al ritmo dramático de las golpes de los pies en el suelo. Esa sensación la he tenido extrañamente en funciones de calle y no sobre la escena. El que halla sido en la calle no quiere decir nada, por supuesto, es, digamos una coincidencia; lo que trato de encontrar aquí es una manera mucho más razonable de explicar mis sensaciones experimentadas como espectador concretamente en dos funciones de tap callejero que he presenciado. Lo primero sería compartirles aquellos dos momentos.
Mi primera experiencia fue en una visita a Londres en 2007, sobre la riviera del Támesis (no lejos del Teatro El Globo) me encontré un jóven bailando tap en la calle; él bailabda sobre dos simples pedazos de madera mientras un colega suyo tocaba el tambor con un caja como instrumento... Sin hablar de la calidad de su baile (que imagino era un buen bailarín) sólo me puedo referir a ese baile como un inconfudible instante de libertad y de sensación física del mismo, con el sonido resonando por todos lados (la riviera del Támesis está llena de túneles y muros de tabique que crean un eco muy especial) incluyendo mi cuerpo mismo. El hombre bailaba en una especie de éxtasis, nunca sabré si por el baile o alguna droga ingerida, pero su sentir se contagiaba. Ustedes pueden verlo en el siguiente video.
Video de un bailarín de Tap en el Thames riverside, Londres. 2007.
Mi segunda experiencia como espectasdor de tap en la calle se dió 2 años después, en San Francisco, febrero de 2009. Un grupo de bailarines de tap bailaba para los turistas que se congregan regularmente en la esquina de la calle Market y la estación de los tranvías, Powel Station. Lo que yo veía era un grupo de artistas verdaderamente contentos, diviertiéndose con lo que hacían, bailando; su felicidad era contagiosa y nosotros éramos felices porque ellos lo eran al bailar. En esa ocasión ese juego de grupo, entre diálogos y coro que son tan característicos del tap, fue lo que más disfruté.
Video de una función de Tap en la calle Market. San Francisco, 2009.
Estoy seguro que ustedes han tenido experiencias maravillosas con diferentes tipos de danzas, sea en funciones de calle o en grandes teatros, experiencias comparables a esa sensación de la que he hablado y que espero los videos los hayan acercado ellas (sé que nunca un video es un sustituo de la experiencia viva). Pero alguno de nosotros, ustedes o yo, ¿puede hablar con conocimiento de las razones, de los medios de trabajo que llevan a lograr lo que ellos nos provocan?
Leyendo las anécdotas de danza recopiladas por Mindy Aloff (1) encontré un cita donde Savion Glover habla a un grupo de bailarines sobre el tap, sus reglas y sus tradiciones, y de cómo regularmente se baila. Sus frases no nos expican todo pero nos acercan a ello, nos aclaran el camino para la comprensión creo yo, porque al final son las palabras de alguien considerado uno de los más importante bailarines de tap en la actualidad y heredero de una ya antigua línea de bailarines norteamericanos de tap que no se crearon totalmente en la escuela sino en las calles:
“Honi (Coles) and Buster Brown and Lon Chaney and Jimmy Slyde and Ralph Brown and Chuck Green -they thought me the rules. And you have to know about the rules, because that’s respecting the tradition. Take the hoofer’s line for instance (2). That’s where everybody’s doing a paddle and roll and one dancer at a time takes a solo turn. There are rules, but the rules are unspoken, almost secret. The main thing is, you got to finish the phrase of the man before you, finish it and then add something of your own. And if you don’t, you’ll be cut by the next man, embarrassed, you’ll have your own step flipped back on you. You can spit on someone through the dance. You can murder someone through the dance. Dancers do that all the time. It’s part of our ritual to be competitive. And you know when you’ve been cut. It’s terrible, especially if a lot of people recognize it. If it’s like that, you’ll get everybody going: “Oooooooooo...”
Como los términos que usa Glover son términos casi únicamente usados en inglés, no los he traducido al español:
"Honi (Coles) y Buster Brown y Lon Chaney y Jimmy Slyde y Ralph Brown y Chuck Green -ellos me enseñaron las reglas. Y ustedes deben conocer las reglas porque eso es respetar la tradición. Tomemos la línea de un hoofer, por ejemplo (2). A un momento todos están haciendo un paddle y roll y un bailarín a la vez hace un giro solo. Hay reglas, pero no están escritas, son casi secretas. Lo principal es que tienes que terminar la frase de quien está ante ti, terminarla y añadir algo propio. Y si no lo haces, se te adelantará el siguiente y te cortará, y humillado vas a ver cómo tu propio paso se vuelve contra ti. Puedes escupirle a alguien con el baile. Puedes asesinar a alguien con el baile. Los bailarines hacen eso todo el tiempo. Es parte de nuestro ritual ser competitivos. Y tú sabes cuándo ya has sido "cortado". Es terrible, especialmente si mucha gente se da cuenta. Si eso pasa, vas a tener a todos diciendo "Uuuuuuuuuuuu..."
Así que como el jazzista trabaja, los bailarines de tap (al menos los "hoofers" de Glover) tienen también su reglas secretas y sus juegos de libertad. Tal vez yo no estaba tan errado entonces en imaginar una línea que cruza estas dos disciplinas o digamos, juegos artísticos, el jazz y el tap de calle, y esa es la línea de la libertad y del diálogo, del dramatismo relacionado con la interrelación de los pasos de baile y de las notas musicales. Esta libertad y este juego se siente cuando uno es espectador de ello y permanece en nuestra memoria como un gran momento de felicidad o éxtasis. Creo que después de leer estas palabras de Glover puedo mirar esos dos videos anteriores de una manera diferente, tal vez comprendiendo más qué es lo que está pasando ahí y qué es lo que está pasando en mí como espectador.
Video con Savion Glover en La casa blanca, 1998
(1) Dance Anecdotes. Compilación de Mindy Aloff. Página 77 “The Rules”.
(2) No es un sitio de académicos, pero es un foro (en inglés) donde personas interesadas en el tap piensas sobre el significado de "hoofer": http://www.dance.net/topic/8387682/1/Tap/What-is-a-hoofer.html&replies=6
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