Ayer recibí un correo de Xavier Froment, director de “Théâtre de Trois Oranges” confirmándome lo que uno de sus actores me dijo hace más o menos un mes preguntándole sobre Xavier, al que no había visto ni sabido de él en meses.
La siguiente es una traducción del correo originalmente escrito en inglés (1):
Hola Gustavo,
Te quería informar que he dejado China y que no regresaré ahí nunca más. Después de la puesta de “Palacio del este, palacio del oeste” en enero tuve muchos problemas con la policía china. En abril me encarcelaron acusándome de poner en peligro a la República de China. Estuve en la cárcel hasta el 25 de mayo, y después fuí expulsado a Francia. No tengo permitido regresar a China nunca más. Ahora estoy en París y permaneceré aquí. La próxima semana voy a Austria, al festival de Salzburgo, y regreso en septiembre. Quizá representaré “Palacio del este, palacio del oeste” en París; trato de ver eso.
Quizá tengas la oportunidad de venir a Paris y así poder encontrarnos de nuevo.
Hasta luego.
Xavier Froment
El correo me ha dejado en una especie de shock; yo sabía de historias de artistas chinos encarcelados, de suspensiones, pero nada con un artista cercano, al que considero un amigo. Desde que conocí a Xavier seguí su trabajo porque me interesó mucho el hecho que un director extranjero viniera a querer hacer carrera en China. Él ama China, buscó vivir aquí, aprendió el idioma de una manera verdaderamente rápida y comenzó a trabajar montando obras de teatro a los dos años de vivir en Pekín. Nunca fué un artista contestatario o rebelde, no quería revolicionar el sistema dictatorial chino, simplemente montaba aquello con lo que se identificaba y que le gustaba, como cualquier artista contemporáneo en el mundo.
El gobierno chino detesta los seres libres, aquellos que desean hacer lo que quieren y decir lo que quieren; no importa si es a favor o en contra de China: “¡Tú no debes tener iniciativa! ¡Tú no debes de hablar hasta que yo te lo diga! Preséntame tus proyectos y yo te diré si funcionan o no; ¡tú no eres capaz de saber lo que es bueno para China, yo te lo diré!”
Detesto al gobierno chino.
Xavier fue encarcelado y amonestado, regañado y castigado por montar un obra con tema homosexual; lo llamaron “peligro para la República de China”... A mi vez me pregunto: ¿dónde está el peligro realmente?
He mandado un abrazo y mi total apoyo a Xavier, tratando de estar con él. Yo sé cuánto le puede doler esta expulsión y humillación, esta abominable acción. Como extranjero y escribiendo sobre lo que veía en las artes escénicas de China jugaba con tener algunas represalias del gobierno chino y en momentos sentí que estaba yendo demasiado lejos. Hoy sé de lo que son capaces, hoy sé concretamente a qué me atengo con seguir escribiendo mi personal verdad.
Xavier es un ejemplo de libertad artística y coraje, pero también es un ejemplo vivo de la existencia de un poder que es capaz de aplastar y humillar porque ese poder ha creado las reglas de todo. Y ese país será la segunda potencia de mundo y sin una guerra fría; influenciando por todos lados, imponiendo ideas, acciones y defendiendo a toda costa a “La Republica de China”.
¡A esconderse, señores, que el gran ogro amarillo abre sus fauces!
(1) Texto original en inglés (Xavier habla y escribe en francés y chino, escribió en inglés proque no recordó que yo entiendo su idioma):
Hello Gustavo,
I wanted to tell you that I've left China, and I won't go back anymore. After our play "East Palace, West Palace" in January, I had lots of troubles with Chinese police. In April they put me in jail because they said that I'm a danger for Chinese Republic. I was in jail from April until May 25th, and I was deported to France. I'm not allowed to go back to China anymore. So now I'm in Paris, and I will stay here. Next week I'm going to Austria for Salzburg Festival, and come back in September. Perhaps we will perform "East Palace, West Palace" in Paris. I'm looking for that in Paris.
Perhaps you will have the occasion to come to Paris, we can see again here!
See you, Xavier Froment
Hola Gustavo, llevó tiempo leyendo tu blog, pero sin entrar a dejarte comentarios. Ahora sentía la necesidad de darte animos y de sentir contigo que la estupidez humana sea tan grande y tan internacional. Espero que todavía haya muchos artistas como tú y como tu amigo Xavier que impidan que algunos nos hagan homogeneos. Siento mucho que alguien no pueda vivir donde quiere. Un abrazo y cuidate, Jesús.
ResponderBorrarGracias, Jesús. ¿Quién como tú que hace teatro en todo momento no conoce la necesidad de ser libre, de hacerlo donde uno lo desea? Un abrazo.
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