sábado, 24 de noviembre de 2007

Synchroswing, decepcionante final del festival de teatro australiano en China.




El pasado festival de Teatro Australiano en China terminó con una función de la compañía Strange Fruit y su espectáculo Synchroswing.(1)

Strange Fruit es una compañía que se dedica a realizar espectáculos mecanico-acrobáticos en base a una estructura física concreta: Varillas flexibles de 4 metros de altura en donde los artistas realizan cierto tipo de movimientos entre dancísticos y acrobáticos.

Al parecer la compañía ha estado en festivales y presentaciones en varias partes del mundo (incluyendo México) y ha obtenido, según sus propias palabras, mucho éxito.

Tiene en repertorio unos siete espectáculos, todos basados en la misma estructura mecanico-acrobática y enfocados en el aspecto visual y, digamos, un tanto festivo de su trabajo. Los objetos en movimiento a 4 metros de altura y siendo entre 4 y 10 de ellos en plazas repletas de gente, se convierten a los ojos de los espectadores en imágenes memorables, usando el término literalmente, que se quedan en la memoria.

Strange Fruit trabaja con ciertos ingredientes fórmula: las estructura flexibles de las que hablamos, la música (como era de esperarse), el vestuario llamativo y espectacular, la cantidad de artistas en escena realizando la misma coreografía (no hay tampoco mucha variación en lo que se puede hacer sobre las varillas), y las plazas o lugares públicos. Su teatralidad se inclina más hacia el evento circense que hacia el evento teatral mismo; sus historias son simples acciones-tema y... no mucho más que contar.

Synchroswing, el espectáculo que trajeron a Beijing, fue creado originalmente como un encargo para la inauguración de la competencia FINA de natación realizada en Australia años atrás. En aquella ocasión, al parecer regularmente lo hacen, utilizaron entre 6 y 10 varas con sus respectivos artistas, ahora en Beijing sólo tres.

No sé cuales fueron las condiciones en las que vinieron a China pero lo que vi fue sumamente pobre y deslucido. Un espectáculo sin sentido en el parque de diversiones Chaoyang (recordemos que era un encargo para un evento de natación), y en un festival que se supone exponía el teatro australiano o al menos lo mostraba. La producción usaba su fórmula con la música y el tema-acción: la imitación burlesca de un acto de nado sincronizado.

Ver dos mujeres y un hombre vestidos ridículamente para un evento de nado sincronizado, jugando, burlándose, haciendo “como” que eran ridículos, los convertía en participantes de un acto infatiloide y hasta estúpido. La funcionalidad del mecanismo con el que hacían sus acrobacias salvaba el juego, la fórmula al fin y al cabo producía cierto efecto. Después de 15 minutos, 20 tal vez, de balancearse e imitar el nado, se bajaban, daban las gracias y se iban. Uno no había visto más que eso.

Como muestra final de un festival de teatro dedicado a un país fue un cierre vergonzoso, y creo hasta una gran falta de repeto al público chino. Insisto, y soy claro, que no conozco las condiciones en las que llegaron al festival, sólo experimenté el acto “teatral” mismo. Lo que pude constatar (y ustedes pueden hacerlo) mirando el video que tomé y haciendo la comparación con cualquier otro video de sus espectáculos presentados por el mundo (2), es que a Beijing trajeron migajas, basura de sus otros trabajos; trajeron una nada, y nosotros debíamos reaccionar a ello.

Después de verlo estaba yo un tanto conmocionado; no salía de mí la preocupación de la equivocada idea que podríamos hacernos del teatro australiano con aquello que se había mostrado en este festival: los australianos hacen un teatro sin texto, que se dedica principalmente a entretener a los niños; es una fiesta escénica sin real profundidad intelectual y plena de frivolidad, donde se burlan y aparentan imitar a malos payasos; sus puestas, algunas interesantes, en general están trabajadas muy poco y sin gran habilidad técnica; y en el caso de la danza y la música que se incluyen son artistas aislados en una exploración tecnológica del evento artistico.
Pareciera que a todos ellos los sacaron de su real contexto de trabajo y todos los que estuvieron se presentaron en el lugar equivocado.

Ésta evidentemente absurda y no real idea del teatro australiano cambia de inmediato al hacer una exploración en Internet y revisar lo que se está haciendo en Australia, incluso con estos mismos grupos dentro del festival; entonces podemos decir que el problema, que yo creo que sí hay uno, estuvo en los organizadores, en quienes estuvo la tarea de traer los eventos al festival y darle un nombre, y por lo tanto en lo que escogieron para presentarse, en la barata mezcla que resultó.

Los espectadores chinos se parecen mucho a los espectadores mexicanos, pertenecen a pueblos aislados de los grandes elementos de la cultura y al arte occidental, carecen de un gran sentido crítico en referencia a lo venido de ‘afuera”, así que se divierten y aceptan lo que llega con una idea de juego, de liviandad y de asombro.




Synchroswing, playlist de la presentación del 3 de Novimebre de 2007.




Sobre el festival de teatro australiano en China: http://www.festivalatc.com

Sobre Strange Fruit: http://www.strangefruit.net.au

Ver los mismos videos en Vimeo:



(1) 3 de enero de 2007. Chaoyang Gongyuan (parque de diversiones de Chaoyang). Beijing, China.
(2) Una búsqueda en Yoube con el título de la compañía “Strange Fruit” da suficientes resultados a ver.

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