Nos dicen que mi madre está a punto de morir.
Tú vuelves de tu exilio, aparentando estar chueco, cojeando.
Como hijo modelo repites los pasos de tu padre:
embolia, exageración, hipocondria.
Mamá contaba que era mentira, que había descubierto al abuelo caminando bien,
con los músculos de la cara normales, con la mano bien; el viejo los engañaba.
Tú llegas como el hijo pródigo,
con tu cara torcida, tu mano encogida, cojeando.
Como una calca, una copia, un modelo heredado.
Te descubro fuera de la vista de los otros:
caminando normal, tranquilo, derecho.
Vuelves a la sala y antes de entrar te detienes, te haces el chueco.
Visitas a tu moribunda esposa, a nuestra madre,
tu cara es amorosa, tu cuerpo tullido, tu voz temblorosa.
Eres todo un caso,
o te pinto o te describo o te mato.
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