La Biblioteca Nacional de Singapur es otro de esos enormes complejos culturales que tiene la ciudad estado: un gigantesco edificio de cuatro pisos, y en el tercero un teatro para unas mil personas, el Drama Centre Theatre. Este teatro de la biblioteca Nacional fue donde el cuarteto T’ang en colaboración con el Theatre Cryptic, el 31 de mayo de 2007, puso su trabajo “Optical identity” sobre la escena.
El cuarteto T’ang es un estupendo cuarteto de cuerdas de Singapur, jóvenes (no creo ninguno de ellos llegue siquiera a 40 años) pero los cuatro en un gran estado de madurez artística y deseos de exploración escénica.
Este espectáculo que ofrecieron en el Festival de Artes de Singapur 2007 no fue una excepción, al parecer ya ha habido otros con intereses experimentales tanto con la tecnología como con los medios escénicos.
El Theatre Cryptic es una agrupación visual escénica escocesa que combina la escena con la música, y que posee ya una proyección internacional.
Sin embargo debo de ser muy claro en lo que ví: por una parte la música, excepcional en la interpretación e interesante en las obras que se tocaron, y por otra parte el aspecto escénico, un desastrozo experimento tanto en lo tecnológico como en los medios teatrales escogidos.
Hay una especie de ecuación que colorea mi apreciación de lo que vi aquella noche en la Biblioteca Nacional de Singapur: para llegar al nivel que ellos tocaron esa hora y media han tenido que trabajar durante horas por días, meses y años sin parar, practicando y aprendiendo la técnica del cómo hacerlo, absorbiendo la teoría, escuchando; no se puede tener ese mismo nivel en el aspecto escénico con solo algunos meses (yo diría casi con seguridad semanas) de trabajo y planeación. Es como si la parte escénica hubiera trabajado sola, y la parte musical estuviera aislada a su vez en el proceso creativo (lo que no debió ser por supuesto); el porblema está en que se decidió que los interpretes musicales fueran parte escencial del trabajo escénico.
Algunas piezas eran memorables, muy disfrutables e interesantes; la distorsión de los sonidos en la exploración computarizada era demasiado básica, acaso caótica, sin rumbo (no así las interpretaciones, no eran caóticas, esa no era la filosofía). El uso del video en vivo (Swiss digital artist Jasch) y el manejo computarizado en directo de esa imagen es una propuesta muy explorada en las artes escéncia hoy en día, aquí simplemente tenían a un explorador técnico sin capacidad (no sé en otros trabajos) de improvisación real, con poca experiencia en el performance, sin ritmo en la imagen, con poca habilidad en el manejo de ángulos visuales; sabía cómo manejar la cámara y el software pero ahí no había arte, no se sumaba al trabajo interpretativo musical. Algunos aspectos del trabajo de video grabado con anterioridad y empalmado en la interpetación musical resultaban interesantes: la idea departes del cuerpo haciendo música, partes de los interpretes, sus tatuajes; visualmente lo considero muy bello. (Aquí hay un link para ver parte del video puesto en internet)
Aún así el aspecto que más me pareció errado fue el puramente escénico: la puesta en escena (Directed by Cathie Boyd) y la interpretación actoral del mismo cuarteto (le llamo actoral aún cuando quien lo viera lo consideraría más dancística). Armatostes de metal cortados con dureza geométrica al estilo expresionista sirviendo como silla, ventanas, o nada, armatostes escénicos que con el paso de la función estorbaban más que funcionaban. Lo peor era que los interpretes, el cuarteto, debía de moverlos durante la función, pero ellos también debía de moverse con ciertas actitudes, efectuar determinadas danzas, e interpretar en su moemnto además de sus intrumentos de cuerdas, algunas percusiones. ¿Qué actor puede hacer todo ello con la habilidad y destreza con la que el cuarteto interpreta su música? Yo no lo conozco aún.
Hay falta de rigor y creo también falta de conciencia de lo que es el trabajo escénico. El nivel interpetativo-musical del cuarteto T’ang está muy por encima del nivel escénico del Theatre Cryptic diría yo.
Aún con todo ésto, no considero la puesta como un “ no debió ser”, creo a su vez comprender muy bien el impulso que los lleva a la experimentación, pues yo mismo he llegado a sentir la misma necesidad cuando veo cualquier interpretación musical contemporánea, pero también reconozco lo que hace falta para lograrlo y eso es recorrer otro gran camino.
Adoro la idea de saber que pueden hacer una puesta así en un festival de la magnitud de éste en Singapur; eso sólo demuestra la libertad y el apoyo que las instituciones de su ciudad-estado les dan, lo digo porque he visto ya el trabajo de Mark Chan, de los performanceros de calle y observé los trabajos del Bienal en el 2006. Los artistas de este país tienen todo el apoyo para hacer grandes cosas, para explorar, para cometer grandes errores, y seguir siendo grandes.
La siguiente es la ficha que aparecía en la página de internet del festival. Leerán una pomposa presentación de todos los que participan en el espectáculo, es al parecer una redacción característica de los organizadores del festival:
Optical Identity
Theatre Cryptic and T'ang Quartet (UK/Singapore)
Music to be seen, not just heard. A spectacle that weds sight and sound, teasing the eye while pleasing the ear!
From Singapore and Scotland, a consort of talents join hands for a visual musical journey, entering a sumptuous realm of the global, sensual, virtual and real.
The agility and depth of homegrown T'ang Quartet shine through their interpretation of four acclaimed contemporary composers – Kevin Volan (South Africa), Franghiz Ali-Zadeh (Azerbaijan), Rolf Wallin (Norway) and a commission by Joby Talbot (UK).
Directed by Cathie Boyd, artistic director of Theatre Cryptic, the stage is sculpturally styled by Singapore’s award-winning furniture designer Jason Ong and couture house BAYLENE.
As if in a spell, the stage space and movement shift through music, light, object, fabric and film with interactive technologies played live by Swiss digital artist Jasch.
The T’ang Quartet performs in an immersive environment not encountered before. Programme Kevin Volans White Man Sleeps Rolf Wallin Phonotope 1 (Asian Premiere) Franghiz Ali Zadeh Mugam Sayagi Joby Talbot Manual Override (World Premiere)
(Duration: 80mins no intermission)
El cuarteto T’ang es un estupendo cuarteto de cuerdas de Singapur, jóvenes (no creo ninguno de ellos llegue siquiera a 40 años) pero los cuatro en un gran estado de madurez artística y deseos de exploración escénica.
Este espectáculo que ofrecieron en el Festival de Artes de Singapur 2007 no fue una excepción, al parecer ya ha habido otros con intereses experimentales tanto con la tecnología como con los medios escénicos.
El Theatre Cryptic es una agrupación visual escénica escocesa que combina la escena con la música, y que posee ya una proyección internacional.
Sin embargo debo de ser muy claro en lo que ví: por una parte la música, excepcional en la interpretación e interesante en las obras que se tocaron, y por otra parte el aspecto escénico, un desastrozo experimento tanto en lo tecnológico como en los medios teatrales escogidos.
Hay una especie de ecuación que colorea mi apreciación de lo que vi aquella noche en la Biblioteca Nacional de Singapur: para llegar al nivel que ellos tocaron esa hora y media han tenido que trabajar durante horas por días, meses y años sin parar, practicando y aprendiendo la técnica del cómo hacerlo, absorbiendo la teoría, escuchando; no se puede tener ese mismo nivel en el aspecto escénico con solo algunos meses (yo diría casi con seguridad semanas) de trabajo y planeación. Es como si la parte escénica hubiera trabajado sola, y la parte musical estuviera aislada a su vez en el proceso creativo (lo que no debió ser por supuesto); el porblema está en que se decidió que los interpretes musicales fueran parte escencial del trabajo escénico.
Algunas piezas eran memorables, muy disfrutables e interesantes; la distorsión de los sonidos en la exploración computarizada era demasiado básica, acaso caótica, sin rumbo (no así las interpretaciones, no eran caóticas, esa no era la filosofía). El uso del video en vivo (Swiss digital artist Jasch) y el manejo computarizado en directo de esa imagen es una propuesta muy explorada en las artes escéncia hoy en día, aquí simplemente tenían a un explorador técnico sin capacidad (no sé en otros trabajos) de improvisación real, con poca experiencia en el performance, sin ritmo en la imagen, con poca habilidad en el manejo de ángulos visuales; sabía cómo manejar la cámara y el software pero ahí no había arte, no se sumaba al trabajo interpretativo musical. Algunos aspectos del trabajo de video grabado con anterioridad y empalmado en la interpetación musical resultaban interesantes: la idea departes del cuerpo haciendo música, partes de los interpretes, sus tatuajes; visualmente lo considero muy bello. (Aquí hay un link para ver parte del video puesto en internet)
Aún así el aspecto que más me pareció errado fue el puramente escénico: la puesta en escena (Directed by Cathie Boyd) y la interpretación actoral del mismo cuarteto (le llamo actoral aún cuando quien lo viera lo consideraría más dancística). Armatostes de metal cortados con dureza geométrica al estilo expresionista sirviendo como silla, ventanas, o nada, armatostes escénicos que con el paso de la función estorbaban más que funcionaban. Lo peor era que los interpretes, el cuarteto, debía de moverlos durante la función, pero ellos también debía de moverse con ciertas actitudes, efectuar determinadas danzas, e interpretar en su moemnto además de sus intrumentos de cuerdas, algunas percusiones. ¿Qué actor puede hacer todo ello con la habilidad y destreza con la que el cuarteto interpreta su música? Yo no lo conozco aún.
Hay falta de rigor y creo también falta de conciencia de lo que es el trabajo escénico. El nivel interpetativo-musical del cuarteto T’ang está muy por encima del nivel escénico del Theatre Cryptic diría yo.
Aún con todo ésto, no considero la puesta como un “ no debió ser”, creo a su vez comprender muy bien el impulso que los lleva a la experimentación, pues yo mismo he llegado a sentir la misma necesidad cuando veo cualquier interpretación musical contemporánea, pero también reconozco lo que hace falta para lograrlo y eso es recorrer otro gran camino.
Adoro la idea de saber que pueden hacer una puesta así en un festival de la magnitud de éste en Singapur; eso sólo demuestra la libertad y el apoyo que las instituciones de su ciudad-estado les dan, lo digo porque he visto ya el trabajo de Mark Chan, de los performanceros de calle y observé los trabajos del Bienal en el 2006. Los artistas de este país tienen todo el apoyo para hacer grandes cosas, para explorar, para cometer grandes errores, y seguir siendo grandes.
La siguiente es la ficha que aparecía en la página de internet del festival. Leerán una pomposa presentación de todos los que participan en el espectáculo, es al parecer una redacción característica de los organizadores del festival:
Optical Identity
Theatre Cryptic and T'ang Quartet (UK/Singapore)
Music to be seen, not just heard. A spectacle that weds sight and sound, teasing the eye while pleasing the ear!
From Singapore and Scotland, a consort of talents join hands for a visual musical journey, entering a sumptuous realm of the global, sensual, virtual and real.
The agility and depth of homegrown T'ang Quartet shine through their interpretation of four acclaimed contemporary composers – Kevin Volan (South Africa), Franghiz Ali-Zadeh (Azerbaijan), Rolf Wallin (Norway) and a commission by Joby Talbot (UK).
Directed by Cathie Boyd, artistic director of Theatre Cryptic, the stage is sculpturally styled by Singapore’s award-winning furniture designer Jason Ong and couture house BAYLENE.
As if in a spell, the stage space and movement shift through music, light, object, fabric and film with interactive technologies played live by Swiss digital artist Jasch.
The T’ang Quartet performs in an immersive environment not encountered before. Programme Kevin Volans White Man Sleeps Rolf Wallin Phonotope 1 (Asian Premiere) Franghiz Ali Zadeh Mugam Sayagi Joby Talbot Manual Override (World Premiere)
(Duration: 80mins no intermission)
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