Camino por un lado, y tú entras por el otro.
Te descubro sin ser descubierto.
Visito la tierra donde vives pero nunca pensé en visitarte a ti.
Años de no verte, de no querer vernos, de no querer verte
y la suerte me hace encontrarte ahí.
No quiero, no lo quiero, no quiero abrazarte, ni besarte,
ni saber de tu vida, ni preguntarte cómo estás.
Te miro, me oculto, y te sigo mirando.
Pareces sano, fuerte, tienes el cabello pintado.
Sigues ahí, parado.
¡Cómo podía saber que esa era la última vez que te iba a ver!
Y quedarás ahí por siempre,
y quedaré yo oculto, observando.
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